“Las cosas no pueden seguir igual. No se puede recuperar la normalidad de las relaciones políticas”. Esta ha sido la respuesta de Pere Aragonès, presidente de la Generalitat de Cataluña, al caso de ciberespionaje que afecta a más de medio centenar de políticos independentistas catalanes y ha asegurado que el Govern congelará las relaciones con el Gobierno central hasta que se ponga en marcha una investigación interna.
Acompañado de todos sus consejeros, el presidente catalán ha asegurado que el monitoreo de los teléfonos móviles de algunos líderes catalanes mediante el software Pegasus es “la muestra de que hay un conflicto político en Cataluña”. “Queremos saber qué responsabilidades tienen y quién autorizó el espionaje”, ha señalado Aragonès, quien ha pedido una investigación interna, con supervisión independiente, y ha añadido que “la pelota está en el techo del Gobierno”.
En cuanto a cómo afectará esta pérdida de confianza en el Gobierno central por parte del Govern, el líder de ERC solo ha aclarado que seguirán “las reuniones de carácter técnico”, ni se levantará de la mesa de diálogo.
