- Se ha reabierto el debate de las tarifas de la cafetería del Congreso, más bajas que las de otros bares de la zona
- Hay que recordar que los precios de comida y bebida permanecen congelados desde 2014
Pablo Iglesias seguirá desayunando por un módico precio en el Congreso al menos hasta 2018. El líder de Podemos incendió este lunes las redes sociales al publicar un tuit sobre los bajos precios del bar de la Cámara baja, que ha reabierto el debate de las tarifas de la cafetería del hemiciclo, mucho más bajas que las de otros establecimientos de la zona.
Mi primer desayuno en la cafetería del Congreso. Barrita con tomate, café con leche y refresco 2,45€. Más barato que en la facultad
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) febrero 1, 2016
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Los precios llevan años congelados, desde el 1 de enero de 2014, y seguirán así hasta 2018
No obstante, la polémica no la ha suscitado sólo el hecho de que comer y beber en el Congreso sea bastante más barato que en otros bares, sino también que los precios lleven años congelados, desde el 1 de enero de 2014, y vayan a continuar así hasta 2018. Y es que, según recoge El Confidencial, esa fue una de las condiciones que impuso la Cámara baja cuando sacó a concurso el servicio de cafetería en mayo de 2013.
En concreto, según aparecía en los pliegos, la empresa adjudicataria recibiría una subvención anual de 1.050.000 euros más IVA (4.287.500 euros más IVA en total por los cuatro años de contrato) por la prestación de ese servicio, además del dinero que cobrara directamente a los usuarios. Pero debía comprometerse a respetar los precios fijados por el Congreso.
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LA POLÉMICA DEL GIN-TONIC
El Congreso obligaba a la empresa adjudicataria a que el gin-tonic no costara más de 3,45 euros
Precisamente la polémica sobre los precios del bar del Congreso estalló al conocerse que la Cámara iba a imponer al nuevo adjudicatario un precio máximo para las bebidas alcohólicas, y más concretamente para los combinados, y la diferencia con el precio real se cubriría con la subvención. El objetivo es que el gin-tonic no costara más de 3,45 euros, que el cubalibre no sobrepasara los 3,40 euros y que el whisky con refresco se quedara en 5,35 euros, siempre con IVA ya incluido.
Tras ocho meses de polémica el Congreso rectificó y anunció que los precios de las bebidas alcohólicas quedaban fuera de la subvención, aunque el importe de la misma siguió siendo idéntico y el resto de productos sí siguió subvencionado. Los precios han permanecido inamovibles desde entonces, y así seguirán hasta 2018, cuando entre en vigor un nuevo contrato de dos años de duración prorrogable por otros dos.
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