- La clave de la duración del Gobierno será la mesa pactada con ERC
El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tras la investidura de este martes nace con enormes dudas sobre su duración al depender de los apoyos de ERC y EH Bildu para aprobar los presupuestos de 2020. Además, tiene el complicadísimo reto de cuadrar las múltiples medidas del programa que implican incrementos del gasto con el cumplimiento de los compromisos con Bruselas. También se antojan misiones imposibles abordar la insostenibilidad de las pensiones y conseguir abaratar el recibo de la luz.
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El cambio de la Constitución que opera desde ayer impide al Gobierno cumplir el programaLa cuadratura del círculo que suponen los próximos Presupuestos Generales del Estado se complica, además, con el cambio Constitucional que obliga a cumplir los objetivos de déficit estructural impuestos por la UE, del que informó Bolsamanía; es decir, no se trata de cumplir lo pactado con Bruselas, sino de un imperativo constitucional.
En este sentido, analistas bursátiles y economistas confían en los poderes reforzados de Nadia Calviño como vicepresidenta, dada su fama de ortodoxa, y en que otro de los apoyos del Ejecutivo es el PNV, que tampoco va a permitir "locuras".
Ahora bien, el programa de Gobierno pactado por PSOE y Unidas Podemos va en sentido totalmente contrario, con numerosas medidas que implican fuertes incrementos del gasto público (de hasta 35.000 millones, según algunos medios), cuando lo que haría falta es reducirlo; no hay que olvidar que Bruselas ya había dicho que no vamos a cumplir los objetivos antes de poner en marcha este programa-.
En el otro lado, las subidas de impuestos planteadas hacen mucho ruido pero tienen una eficacia recaudatoria mínima: las del presupuesto rechazado de 2018 se quedaban en unos 5.700 millones... y ahora se han caído unas cuantas, como la tasa diésel o la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio. Es decir, si no se modifica sustancialmente el programa, será imposible cumplir con Bruselas, y más en un contexto de desaceleración de la economía.
PENSIONES Y RECIBO DE LA LUZ
Entre las medidas de aumento del gasto, una de las estrellas es la nueva renta mínima que cubrirá la Seguridad Social, como si no tuviera ya suficiente déficit. Lo cual nos lleva a la sostenibilidad de las pensiones: si no solo no plantea ninguna medida para equilibrar el sistema (más allá de que los gastos de funcionamiento se paguen con impuestos y no con cotizaciones), sino que, además, le carga con más gastos (también pretende subir las pensiones un 0,9% este año), no parece que Sánchez e Iglesias estén por la labor de abordar el problema más grave para el futuro de España. Nueva patada a seguir hasta que el problema estalle y sea demasiado tarde.
Otra misión imposible es combinar la rebaja del recibo de la luz con la descarbonización y el aumento de la producción renovable, que es bastante más cara (pese a que se ha abaratado mucho). Solo hay dos vías para lograrlo. La primera es reducir la retribución de las empresas en la línea de las propuestas de la CNMC y contra las que se manifestó el Gobierno en funciones porque ponen en peligro las inversiones y el empleo. La segunda es reducir los enormes impuestos y peajes que se incluyen en el recibo, pero eso complicaría aún más la cuestión del déficit.
LO MÁS DIFÍCIL: CONSERVAR EL APOYO DE ERC PARA LOS PRESUPUESTOS
En todo caso, la principal misión imposible de Sánchez es trasladar los apoyos de la investidura al resto de la legislatura, empezando por los Presupuestos de 2020, que ya llegan con retraso. Va a ser muy difícil porque ERC condiciona su respaldo a la mesa de negociación Gobierno-Generalitat en la que va a plantear el referéndum de autodeterminación y la amnistía de los presos del procés, tal como dejó claro Gabriel Rufián el sábado. Ayer, Montserrat Bassa insistió en que le "importa un comino" la gobernabilidad de España.
¿Cómo lo piensa solucionar Sánchez sin saltarse la Constitución ni las sentencias del Supremo? Esa es la gran pregunta, a la que el nuevo presidente no contestó pese a que se lo preguntaron en numerosas ocasiones durante el debate. Salvo que encuentre una fórmula mágica que se nos escapa al resto de los mortales, es posible que este Gobierno acabe como el que salió de la moción de censura. Y que dure todavía menos.