MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

La Policía de Nicaragua detuvo el jueves a trece opositores en la localidad de Masaya (oeste) cuando se encontraban "trasladando ayuda", según ha denunciado este viernes la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), a la que pertenecen todos ellos.

En su comunicado, ha indicado que "el día 14 de noviembre fueron secuestradas por la Policía Nacional al menos trece personas en la ciudad de Masaya cuando se encontraban trasladando ayuda humanitaria a familiares de los presos políticos que se encontraban en huelga de hambre".

"Todos los secuestrados son miembros de esta organización, incluyendo dos miembros de nuestro Consejo Político", ha dicho, antes de exigir "que se respete su integridad física y su inmediata liberación, así como la liberación de los más de 130 presos políticos que aún están en las cárceles de la dictadura".

"Nos solidarizamos con sus familias y anunciamos que haremos la máxima presión nacional e internacional hasta lograr la libertad de todos ellos y ellas", ha remachado la UNAB.

A las condenas se ha sumado la organización no gubernamental Amnistía Internacional, que ha señalado que las detenciones tuvieron lugar cuando estas personas salían de la parroquia San Miguel "por dar agua a familiares que demandaban la excarcelación de las más de 130 personas que continúan privadas de libertad por participar en protestas".

Asimismo, la Red Internacional de Derechos Humanos ha condenado a través de su cuenta en la red social Twitter la "detención arbitraria" de estas personas y ha recordado al Estado "su obligación de resguardar la integridad física de estas personas".

Las detenciones tuvieron lugar poco después de que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, diera un discurso en el que sostuvo que "lo de Bolivia es una prueba de fuego para que se pueda sostener la mínima confianza en la vía electoral".

"De lo contrario los pueblos se sentirán con todo el derecho y la obligación de buscar las armas para tomar el poder por la vía revolucionaria", afirmó, tal y como ha recogido la agencia de noticias Reuters.

Juan Carlos Ortega Murillo, hijo de Ortega, dijo el miércoles que "la libertad no se conquista con flores, sino a balazos", parafraseando al héroe nacional Augusto Sandino, y tildó de "vendepatrias" a los opositores.

Ortega, que suma quince años de Gobierno no consecutivos, es uno de los mandatarios latinoamericanos más cuestionados por la comunidad internacional por la represión de las protestas que estallaron en abril contra una reforma de la seguridad social y que aumentaron hasta reclamar la "democratización" de Nicaragua.

Más de 300 personas han muerto y miles han sido detenidas. Según expertos del sistema interamericano, la mayoría de las muertes son culpa de la Policía y grupos armados afines al Gobierno, por lo que han recomendado a los gobiernos de la región juzgar a Ortega por crímenes de lesa humanidad.

Las protestas en contra de Ortega han golpeado a la economía del país, algunos de sus funcionarios --incluyendo su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo-- han sido sancionados por Estados Unidos y diversos organismos financieros internacionales le han congelado los créditos al país.

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