Las fuerzas policiales marroquíes han obstruido el paso fronterizo de Tarajal, interrumpiendo el éxodo migratorio que en las últimas 36 horas ha supuesto la entrada de 8.000 emigrantes indocumentados en Ceuta, de los que 5.600 han sido devueltos en lo que comúnmente se denomina "devoluciones en caliente", según ha confirmado el Gobierno este miércoles.
El despliegue de los efectivos del Ejército y la Policía se ha concentrado, sobre todo, en el espigón del Tarajal -en la frontera con Marruecos-, donde centenares de personas se han agolpado con la intención de atravesar la frontera.
Marruecos ha ejercido sin éxito algo más de presión en la frontera para evitar nuevas llegadas. Aunque este lunes el flujo de personas se detuvo por un momento, persisten los intentos de cruzar.
Según ha informado la SER, a primera hora de la mañana tres pateras han intentado llegar a la orilla y, al ser interceptadas por la Guardia Civil, algunos de los ocupantes —entre ellos, menores— han saltado al agua para continuar la huida a nado.
La denominadas "devoluciones en caliente" continúan y este miércoles ascienden ya a un total de 40, incluyendo adultos y menores.
El ministro de Estado de Derechos Humanos y Relaciones con el Parlamento, Mustafá Ramid, ha dicho esta madrugada que España no cumplió "la buena vecindad" al "acoger" al líder del Polisario, asegurando que España "conocía el alto precio' de subestimar a Marruecos".
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que visitó este lunes Melilla y Ceuta para conocer de cerca la situación, ha afirmado que España será "firme ante cualquier circunstancia" y que se "reestablecerá el orden" en las fronteras de las ciudades autónomas "con la mayor celeridad".
