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El apoyo de los partidos nacionalistas catalanes en el Congreso de los Diputados resultó fundamental para que Pedro Sánchez se haya convertido en presidente del Gobierno. Sin embargo, aunque aseguran que no han recibido concesiones por parte del PSOE, sí que piden al nuevo presidente que llegue “el diálogo” y la “política” para resolver la crisis política en Cataluña.
El voto favorable en la moción de censura del PdCat y de ERC no fue un voto a favor de que Pedro Sánchez fuese presidente. La decisión de los independentistas debe entenderse como la opción que tenían para echar a Mariano Rajoy de La Moncloa. El portavoz de JuntsXCat en el Parlament, Eduard Pujol, señaló tras la moción que “no nos gustaba Rajoy y no nos gusta Sánchez. El resultado es un ruego para empezar a hacer las cosas bien”.
“Esperemos que Sánchez adopte un papel en el diálogo desde el respeto”, añadía Pujol. En la misma línea habla Marta Vilalta, portavoz de ERC en el Parlament. Vilalta afirma en declaraciones a ‘Bolsamanía’ que cree que “empieza una nueva etapa en la que se ha echado a la corrupción, a la represión y a la venganza”.
Vilalta, sin embargo, se muestra prudente y cree que para hablar de cambios entre la relación del Gobierno con Cataluña, “habrá que esperar a verlos”. Además, señala que “la moción podría abrir algunos escenarios, aunque las expectativas no son demasiado grandes”. En esta línea, ERC niega que el voto a favor en el Congreso vaya ligado a concesiones por parte del nuevo presidente del Gobierno.
Esta afirmación no es creíble para Ciudadanos. La diputada Sonia Sierra cuenta a ‘Bolsamanía’ que “cuesta creer que el apoyo a la moción haya sido gratuito”. Así, Ciudadanos asegura que controlará “las concesiones a Bildu, a Rufián” y en definitiva, a los partidos independentistas. Sierra espera que Sánchez dialogue “con los catalanes que no nos saltamos la ley”.
La diputada de Ciudadanos insiste en que la sentencia del caso Gürtel daba por “finiquitado” el Gobierno del Partido Popular. Sin embargo, mantiene que la opción que planteaba Ciudadanos era “dar voz a los españoles” en lugar de contar con los votos de “las personas que quieren romper España”.
SE ABRE LA PUERTA A LA DISTENSIÓN
Casi a la vez que Pedro Sánchez juraba el cargo como presidente, los consejeros elegidos por Quim Torra también tomaban posesión de sus carteras. Torra finalmente dio su brazo a torcer y sustituyó a los exconsejeros en la cárcel o en el extranjero por otros nombres. Este cambio desbloqueaba la política catalana y permitía que los nombramientos se publicasen en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) y pasasen a ser efectivos.
Que Torra haya cedido, según Jordi Pacheco, decano del colegio de Politólogos y Sociólogos de Catalunya (Colpis), “puede favorecer la solución del conflicto entre instituciones”. En esta línea, Pacheco considera que el cambio de presidencia en La Moncloa puede ayudar a destensar la relación entre el Gobierno y los independentistas.
Sin embargo, el decano advierte que “no todo son buenas noticias”. En este sentido, Pacheco advierte que la mayoría que ha hecho posible la moción de censura “es muy inestable y necesita de partidos más radicales para mantenerse”. En definitiva, una vez levantada la aplicación del 155, la resolución del conflicto catalán dependerá de la capacidad de diálogo del nuevo Gobierno y de los independentistas.
