- La representación española en puestos de importancia dentro de la Unión Europea es prácticamete nula
- 'Hacer diplomacia es una tarea a largo plazo y Rajoy no se ha centrado en eso'
- España mira ahora hacia la vicepresidencia del BCE en 2018
El sueño de De Guindos, de Rajoy y de España por recuperar el protagonismo en Europa se ha esfumado por el momento. El socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem se hizo finalmente con la victoria en la pugna por la presidencia del Eurogrupo frente al ministro de Economía español.
El punto y final a la carrera española por el Eurogrupo lo ha puesto un único voto, "diez a nueve" señalaban fuentes gubernamentales; en concreto el voto del ministro de Finanzas griego Euclid Tsakalotos que se decantó por el holandés. Se cerraba así una votación muy reñida para el Gobierno de España y no tanto para la Haya, desde donde apuntan a otro resultado y señalan que de Guindos perdió por 12 votos a 7.
"La votación ha sido realizada en clave ideológica y no en atención al perfil de los candidatos o a su país de procedencia", señalan fuentes gubernamentales
"La votación ha sido realizada en clave ideológica y no en atención al perfil de los candidatos o a su país de procedencia. Los gobiernos socialdemócratas y de izquierda constituyen en este momento una mayoría numérica en el Eurogrupo", aseguraban fuentes gubernamentales en unas declaraciones recogidas por El Mundo.
Y así es. La izquierda se alió con Dijsselbloem que permanecerá durante los próximos dos años y medio al frente del Eurogrupo y De Guindos perdió su oportunidad. Pero, ¿tuvo España alguna vez posibilidades reales de presidir el Eurogrupo?
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LA CLAVE ESTÁ EN GRECIA
El panorama se dibujaba bien distinto para España cuando el Ejecutivo anunció la candidatura de Guindos para la presidencia del Eurogrupo. Con el apoyo manifiesto del ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble, las posibilidades de España eran reales.
"No es la diplomacia la que ha fallado sino el sentido de la oportunidad, la suerte", asegura Antonio Papell
Pero ahora, con la duras negociaciones con Grecia de por medio la situación ha dado un giro de 360º. "No es la diplomacia la que ha fallado sino el sentido de la oportunidad, la suerte", asegura a Bolsamania el analista político Antonio Papell.
Dijsselbloem no era un candidato perfecto. El tropiezo del holandés en la gestión del rescate a Chipre - se impusieron quitas a los depósitos de menos de 100.000 euros que teóricamente cuentan con garantía en la UE y luego se rectificó - y más de una declaración polémica respecto a la cuestión helena, hacían que el holandés tampoco tuviera todo a su favor.
Pero el cierre del acuerdo con Grecia 'in extremis', y la gestión del conflicto en estos últimos días ha terminado por decantar la balanza a favor del holandés. "La cuestión griega le ha dado un protagonismo muy importante y no se le podía castigar", señala Papell.
¿EN QUÉ LUGAR QUEDA ESPAÑA EN EUROPA?
"Hacer diplomacia es una tarea a largo plazo y Rajoy no se ha centrado en eso", añade el analista
A día de hoy la representación española en puestos de importancia dentro de la Unión Europea es prácticamente nula. La pérdida de visibilidad de España comenzó a caer durante el Gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero y alcanzó mínimos durante la legislatura de Mariano Rajoy.
Antonio Papell apunta a "un error en la planificación de los puestos a largo plazo". Para el analista, el presidente del Gobierno no está acertando con su estrategia cortoplacista, "hacer diplomacia es una tarea a largo plazo y Rajoy no se ha centrado en eso", añade el analista.
De este modo, para recuperar el terreno perdido en las instituciones europeas - España no cuenta siquiera con un consejero en el BCE - la clave pasaría por establecer un calendario claro, una planificación de los puestos a cubrir a largo plazo y pujar por ellos, más que por obtener resultados inmediatos.
“España es un gran país y tendrá otras oportunidades”, aseguró Dijsselbloem tras salir victorioso. Y así es. España sigue adelante y tiene el punto de mira en la vicepresidencia del BCE, cuya silla quedará libre en 2018.
En este sentido, Luis de Guindos confía en que la presencia española sea "cada vez más fuerte", y asumía en unas declaraciones recogidas por EFE, tras la votación del Eurogrupo, que la vacante que dejará el portugués Victor Constancio será para España. "Estoy convencido", aseguraba rotundo el ministro.
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