- El ecologista Van Der Bellen gana las elecciones presidenciales en Austria
- Si Hofer hubiera obtenido el poder, hubiera representado la primera victoria de la derecha radical populista en Europa
Europa está viviendo una intensa oleada de incertidumbre este 5 de diciembre, después de que el primer ministro italiano, Matteo Renzi, haya presentado su dimisión tras el aplastante rechazo de su reforma constitucional en el país transalpino. Pero siempre hay ‘una de cal y otra de arena’ y, en este caso, el reverso de la situación que vive Italia lo protagoniza Austria, donde el ecologista Van Der Bellen ha conseguido derrotar a la derecha populista y antieuropea en las elecciones presidenciales. Pero el partido del candidato Norbert Hofer todavía tiene recorrido de cara a las elecciones parlamentarias de 2018.
El Partido de la Libertad (FPÖ), ha perdido con el 46,7% de los votos frente al independiente Van der Bellen, que ha conseguido el 53,3% de los sufragios. El antiguo líder de los verdes ha convencido con su mensaje más moderado y europeísta. De haberse impuesto Hofer, hubiera sido la primera victoria de la alt-right (derecha alternativa) en Europa y, “después de que Donald Trump sea el presidente electo de los EEUU, se hubiera interpretado como un señal para la líder del Frente Nacional en Francia, Marine Le Pen, y por otros movimientos de la misma corriente de ultraderecha en otros países europeos”, señalan los expertos de Berenberg.
El partido de Hofer “todavía tiene opciones de convertirse en la fuerza más votada en las próximas elecciones parlamentarias que se celebrarán en otoño de 2018”
Sin embargo, Bruselas respira aliviada ante este resultado, que ahuyenta, por ahora, el fantasma de los populismos de derecha antieuropeístas de la zona euro. Sin embargo, según los analistas del banco de inversión alemán, el partido de Hofer “todavía tiene opciones de convertirse en la fuerza más votada en las próximas elecciones parlamentarias que se celebrarán en otoño de 2018”. Sin embargo, explican desde Berenberg que, aún así, los austríacos no deberán enfrentarse a ningún referéndum sobre el euro que esta fuerza pueda impulsar, porque las fuerzas proeuropa de la centroderecha y la centroizquierda, aún concentrarán entre el 60% y el 65% de los votos y de los asientos en el Parlamento.
“Cualquier referéndum acabaría resultado en un refuerzo de la ‘moneda única”, señalan, sin embargo, los analistas del banco de inversión. “Después de todo, Austria ha permitido que Frankfurt regule su política monetaria ‘de facto’ mucho antes de que se implantara la ‘moneda única”, argumentan.
También exponen estos analistas que, aún bajo un mandato de Hofer, el caso de un referéndum sobre la permanencia del euro se había debilitado sensiblemente, ya que, percibiendo una oportunidad realista de ser elegido, el líder de la ultraderecha se había distanciado de la reivindicación de su partido de que se llevara a cabo esta votación. En los últimos tiempos, había relegado la iniciativa a algo “necesario sólo en caso de que Turquía se uniera a la Unión Europea”, recuerdan, “algo que resulta muy poco probable en el futuro próximo”, aseguran.