• La cumbre dará comienzo a las 3:00 del martes, hora española
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Donald Trump / Kim Jong-un

Singapur alberga este martes la histórica cumbre que reunirá a los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte, más de setenta años después del fin de la II Guerra Mundial que dividió la península de Corea en dos, dejando la mitad norte en manos del Ejercito Rojo y la mitad sur a la suerte del ejército estadounidense.

Ambos líderes profundizarán en el proceso de desnuclearización de la península, a cambio de protección y un levantamiento de las sanciones

Donald Trump y Kim Jong-un debatirán en la 'ciudad de los leones' la posibilidad de dirigir al mundo hacia la "paz mundial", como ha reconocido el presidente norteamericano, en un acercamiento que se ha mantenido en el aire hasta el 1 de junio. "Las relaciones que se están construyendo son positivas. Nunca dije que todo fuera a pasar en un encuentro, estamos hablando de años de hostilidad y odio entre naciones", declaró Trump por entonces. Y es que la visita del número dos del régimen norcoreano a la Casa Blanca, Kim Yong-chol, con la escusa de entregar una carta para la reconciliación, acabó derivando en horas de conversación y en la confirmación del encuentro.

De este modo, ambos líderes continuarán profundizando en el proceso de desnuclearización de la península, a cambio de protección y un levantamiento de las sanciones por parte de EE.UU. Los expertos aseguran que la respuesta de Kim Jong-un podría estar estar condicionada a una reducción de la presencia militar estadounidense en la mitad sur y unos menores privilegios para Japón. Una 'contraoferta' que China también apoyaría.

Además, el líder republicano aseguró que su Administración no ampliará las sanciones mientras dure el diálogo, aunque mantendrá las presentes con el deseo de que "llegue el día en que se puedan levantar". Del mismo modo, aseguró su entusiasmo en conversar sobre los derechos humanos en Corea del Norte durante la cumbre, aparte del ya mencionado plan de desnuclearización.

UN LARGO PROCESO DE ACERCAMIENTO

El camino recorrido por ambos líderes hasta este momento ha sido largo y complejo. Tras una época de relativa tranqulidad entre 1994 y 2002, el expresidente George W. Bush volvió a avivar el fuego catalogando al régimen norcoreano como "El Eje del Mal". En 2011, Kim Jong-un tomó el poder con apenas 27 años e inició una etapa reformista, permitiendo la entrada de inspectores internacionales y el fin de las prácticas nucleares a cambio del alimento y las medicinas que necesitaba la población.

Sin embargo, la promesa no se cumplió. Corea del Norte ha realizado el doble de pruebas militares bajo el mandato de Jong-un que en la última década. Cinco pruebas nucleares y once pruebas de misiles. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca prometía una escalada de las tensiones como quedó evidente durante su primer año de mandato, sin embargo, la mejor relación entre los vecinos de ambas Coreas despejó el panorama.

Corea del Norte ha realizado el doble de pruebas militares bajo el mandato de Kim Jong-Un que en la última década

El encuentro entre Kim Jong-un y Moon Jae-in en abril abrió la puerta a un nuevo compromiso para el desmantelamiento de las actividades nucleares. Así, la Administración estadounidense comenzó a mandar comisarios a la zona desmilitarizada que separa ambos países, estrechando una relación que acabó por consagrarse el 9 de mayo tras la liberación de tres presos estadounidenses por parte de Corea del Norte. Apenas 24 horas después el día y el lugar del encuentro se confirmó.

No obstante, la situación se torcería una semana después con la publicación de un comunicado por parte de la Casa Blanca que cancelaba la reunión. El detonante, unas declaraciones de la viceministra de Exteriores norcoreana, Choe Son-hui, quien tildó de "ignorantes y estúpidas" unas palabras de Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, que advertían de la posibilidad de volver a intervenir un "modelo libio" si el régimen norcoreano no llegaba a un acuerdo. En 2003, el país árabe desmanteló todo su programa nuclear para acabar asesinando a su líder, Muamar Gadafi, en unas revueltas apoyadas militarmente por Occidente. Como respuesta, Trump lanzaba al mundo el aviso de que EE.UU. posee armas tan "masivas" y "poderosas" que rogaba a Dios "que no tenga que utilizarlas nunca".

La puerta ha seguido abierta desde entonces, especialmente por parte de Kim Jong-un, que envió a su número dos a principios de junio para retomar unas negociaciones que efectivamente culminaron en el restablecimiento de la cita de esta madrugada.

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