• Su discurso fácil y agitador es una de las grandes claves
  • España es la excepción que confirma la regla
extremaderecha

La extrema derecha está irrumpiendo de manera extraordinaria durante los últimos años en los parlamentos europeos. El último ejemplo ha sido el que se ha producido en Alemania donde Alternativa por Alemania ha conseguido representación en uno de los Estados orientales del país teutón. Otros casos parecidos han sido los de Francia, donde el Frente Nacional gobierna en ayuntamientos, o Amanecer Dorado en Grecia, que obtuvo unas cifras récord en medio de la crisis económica que ha azotado al continente desde 2007.

El modelo clásico y liberal de partidos tradicionalistas se resquebraja. Basta con mirar el nuevo modelo político que se está viendo en determinadas cámaras de diferentes países europeos. Atrás quedan las mayorías absolutas de partidos de larga tradición y donde la moderación reinaba en ellos. Diversos factores como “la falta de discurso, las crisis económicas o políticas y la de los refugiados” han provocado la irrupción de estos nuevos conglomerados que tienen un discurso directo y de un “rápido calado”, según afirma Pablo Sapag, profesor de la Universidad Complutense de Madrid.

Desde que comenzara la crisis en el año 2007, la extrema derecha ha encontrado un hueco en el panorama político

Precisamente, los partidos patriotas reconocen que el modelo arcaico de las formaciones tradicionalistas es el gran problema de la política actual. España 2000, partido que ha conseguido representación en ayuntamientos madrileños como Alcalá de Henares, no duda en afirmar que “cada vez más gente percibe problemas que los políticos al uso no quieren ver y nosotros sí”, explica Rafael Ripoll, presidente de este grupo político.

TRES AÑOS DE ÉXITOS EN LAS URNAS

Desde que en 2013 Amanecer Dorado se alzase como tercera fuerza más importante en Grecia, los casos de progresión de las formaciones de esta tendencia no han parado de sucederse. El gran triunfo de la extrema derecha llegó en 2015, cuando en las presidenciales en un país como Dinamarca Partido Popular Danés, asaltaba la cámara de representación de la mano de Soren Espersen.

Otro de los hitos de la nueva política que se está viviendo en Europa fue los grandes resultados cosechados por Norbert Hofer del Partido de la Libertad (FPÖ), donde sólo el voto por correo salvó al país centroeuropeo de que gobernase en los comicios de carácter general que se celebraron el pasado mes de mayo. En Suecia tiene representación como tercera fuerza el llamado Partido Demócrata Sueco, en el que su objetivotarea está la de frenar el avance del Islam en Europa, puesto que lo consideran como la “mayor amenaza exterior desde la II Guerra Mundial”.

A estos grandes resultados hay que sumarles el ya citado caso de Alternativa por Alemania. El pequeño Estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental tendrá representación de la extrema derecha al quedar por encima del partido político de Angela Merkel. Además, según los últimos sondeos realizados, esta formación obtendría una cifra cercana al 10% en las elecciones generales que se celebran el próximo año en Alemania.

LOS CUATRO PILARES DE LA EXTREMA DERECHA

Pedro Marfil, experto en comunicación y profesor de la Universidad Camilo José Cela, y Pablo Sapag ponen en común dos grandes factores a la hora de entender el paso adelante que ha dado la extrema derecha en Europa. Uno de ellos es el aprovechamiento de la crisis que hay en el ‘Viejo Continente’ desde hace años. “Este tipo de partidos se benefician de la frustración y del hartazgo”, puntualiza el primero de ellos. El profesor de la Universidad Complutense también deja claro, al igual que el politólogo, que la extrema derecha “tiene un discurso”. Este argumentario es bastante simple y no precisa de un gran “entendimiento por parte de la masa” puesto que “no se plantea a debate el fondo de la cuestión”.

Además, existen cuatro pilares que han sustentado esta oleada de auge de la extrema derecha en los diferentes países europeos:

La extrema derecha se sujeta en cuatro pilares básicos

El primero es económico. La crisis que ha azotado a toda Europa ha propiciado que estas formaciones se aprovechen de ello. Según Pedro Marfil “estos partidos populistas no tienen nada que perder porque nunca han gobernado y es fácil achacar los errores económicos a los partidos que han estado al frente”.

El segundo es político. “Los partidos tradicionalistas viven una gran crisis y no tienen ningún discurso y ello lo aprovecha la extrema derecha”, apunta Sapag. Además, el profesor de la UCM señala que casos como la gestión de Siria ha ayudado a crear una nueva conciencia y seguir achacando a estas viejas formaciones el no saber llevar a cabo la gran problemática. Tanto es así que España 2000, en declaraciones a Bolsamanía refrenda la argumentación de Sapag: “Basta con mirar el caso de Siria, los políticos occidentales se rasgan las vestiduras por un asunto que ellos mismos han contribuido a crear, haciendo seguidismo activo de la política exterior suicida de los norteamericanos y organizando un conflicto, con armas y con dinero, totalmente innecesarios”, puntualiza.

El tercero alude a la crisis de los refugiados e inmigración.Es la principal obsesión de la extrema derecha. ‘Los españoles, primero’ reza el slogan de España 2000. Los partidos políticos más radicales pretenden cerrar las fronteras a las personas que no sean de su nacionalidad o no tengan los papeles regularizados. Con la crisis económica, la crisis de los refugiados ha ido de la mano ya que los partidos políticos lanzan mensajes de temor a que falte el empleo y a que el sistema de bienestar pueda quedar mermado si hay una política de ‘puertas abiertas’.

Y el cuarto apela al patriotismo. El eslogan de España 2000, ligado a la extrema derecha, también nos vale para ver que es lo verdaderamente importante para ellos. Según Ripoll, lo realmente importante es: “la defensa de lo nacional frente al cosmopolitismo de la izquierda y de los liberales; la reivindicación de una economía al servicio de los pueblos y no de los parámetros macroeconómicos que interesan a las élites”.

UN DISCURSO QUE CALA FUERTE

Políticas sociales para ayudar a la gran mayoría de la sociedad, lucha contra las élites, erradicar la corrupción, facilitar el empleo y la sanidad a las personas en el país; en definitiva un discurso que es muy fácil de conquistar a las masas. Tal es así que incluso los partidos tradicionales recopilar y ‘maquillar’ de la mejor manera para introducirlos en sus programas. Pablo Sapag explica que “es fácil encontrarlo en Europa como estos partidos han calado hondo en las formaciones más tradicionales”.

El profesor de la UCM indica dos ejemplos claros de cómo la extrema derecha ha conseguido que sus pensamientos hayan comenzado a dar sus frutos. “Tenemos el ejemplo de la extrema derecha británica que se ha salido con la suya y ha conseguido conseguir a los británicos para salir de la UE”. También apunta a Francia puesto que Sarkozy ha “copiado peligrosamente algunas de las pautas marcadas por esta tendencia”, señala. Además, el experto indica que este discurso tiene tanta importancia porque se aprovecha de la propaganda de agitación, en la que su base radica en criticar a los gobernantes que rigen el país para caldear a la población.

Pedro Marfil, por su parte, hace hincapié en el ‘triángulo dramático del Karpman en el que siempre hay un bueno, un malo y una víctima. “Los discursos populistas siempre cumplen con estas premisas. Siempre existe el salvador, que es el líder del partido político, el malo que viene a ser la situación actual propiciada por el gobierno, y la víctima que es el pueblo”.

¿ESTÁ EN CAMINO EL ‘III REICH’?

El ascenso de la extrema derecha es un hecho y por eso que muchos de los grandes partidos ya sacan pecho y empiezan a ver un futuro prodigioso para esta tendencia política. El líder de Liga Norte de Italia explicaba hace unos meses en una entrevista a un diario italiano que “esto es solo el principio” y que el avance es “prácticamente un hecho”.

Tanto Pablo Sapag como Pedro Marfil piensan que es complicado que la extrema derecha pueda gobernar en algún país aunque esta afirmación hay que matizarla. El profesor de la UCM apunta que no hay que fijarse en si “verdaderamente tienen representación parlamentaria o rigen un país” sino que hay que estar atento a si su ideales calan en la población, “algo que ya está ocurriendo en diferentes países como Francia o en Reino Unido con el Brexit”.

ESPAÑA: LA EXCEPCIÓN QUE CONFIRMA LA REGLA

Nuestro país parece resistirse a que un gobierno de extrema derecha tenga voz en los espacios parlamentarios. Salvo casos aislados como España 2000 en Alcalá de Henares, ningún partido de esta declinación política consigue meter a representantes. Esto se debe según Pablo Sapag a que “España tiene una conciencia multicultural y tiene una mezcla de razas desde hace muchos años, por lo que es difícil que esto se vea”. Por su parte, Pedro Marfil apunta a la Historia para argumentar este caso: “España ha convivido muchos años con un gobierno ligado a la extrema derecha. Desde 1936 hasta la transición se vivieron años de este régimen, por lo que es complicado que un partido tenga representación”.

A su vez, el profesor de la UCM sigue por esta línea y diferencia el caso de España con el resto de Europa. “Mientras en Alemania o Italia el nazismo y el fascismo desaparecía tras la Segunda Guerra Mundial, en nuestro país quedaba mucho tiempo para que desapareciese. La llegada de la transición generó unos anticuerpos para que ello no suceda”, sentencia.

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