- Puigdemont es un miembro muy bien valorado entre las bases independentistas de CDC, ERC y la CUP
- La CUP tuvo que aceptar el pacto porque su condición era que Mas no fuese Presidente
- Varios alcaldes convergentes de la zona de Girona se habrían reunido con dirigentes de la CUP el pasado domingo
Aunque Artur Mas aseguró el pasado sábado en su comparecencia pública que la decisión la había tomado él mismo con la intención de afianzar la estabilidad parlamentaria y evitar así las elecciones, previamente, diversos colectivos de Junts Pel Sí y la CUP habían pactado que o era Presidente Carles Puigdemont o no lo sería nadie.
Tal y como informan desde El Confidencial, el pacto se gestó en Girona, ciudad de la que el sustituto es alcalde y de la que proviene el líder del sector duro de la CUP parlamentaria. “Puigdemont está cerca de las tesis cuperas y es de los duros de Convergència”, afirman fuentes para este diario. Por si fuera poco, otra fuente destaca que “Puigdemont y Salellas son del pueblo de Salt y compañeros de colegio e instituto”. Ante los hechos casi consumados, Mas sólo pudo decir que sí y abandonar la opción de convocar elecciones, cavando así su tumba política.
El nombre de Carles Puigdemont ya se había pactado antes de que llegase a la mesa de negociación
Artur Mas insistió en su comparecencia en que él había sido el culpable de que Carles Puigdemont fuera elegido como su sustituto. Pero, lejos de la realidad, el nombre de Carles Puigdemont fue cuidadosamente elegido y tuvo el visto bueno de la CUP antes de que el nombre llegase a la mesa de negociación.
El motivo es muy sencillo, exponen desde El Confidencial. Y es que Puigdemont es alcalde de Girona, ciudad donde ejerció el periodismo en uno de los medios más influyentes de la localidad. Y el líder de la CUP en el Parlamento es Benet Salellas, precisamente un militante muy conocido en Girona. De hecho, las relaciones de Carles con los miembros gerundenses de la formación anticapitalista son inmejorables, lo que contribuyó a facilitar el acuerdo.
UNA ESTRATEGIA BIEN FORJADA
Puigdemont es un miembro muy bien valorado entre las bases independentistas de CDC, ERC y la CUP, lo que le ha servido para llegar a la cima de la Generalitat. No hay que olvidar, además, que la demarcación territorial de Girona de la CUP es la más grande de esta formación y tiene seis representantes en el consejo político.
Además, según publicaciones de El Confidencial, varios alcaldes convergentes de la zona de Girona se habrían reunido con dirigentes de la CUP el pasado domingo. El miércoles, una nueva reunión de alcaldes independentistas de la AMI mantuvieron otra reunión con dirigentes de Convergència, en la que presionaron para que fuese aceptado el nombre de Puigdemont. Si Artur Mas cedía el paso al alcalde de Girona, la CUP aceptaba la investidura, sólo faltaba que este diera un paso al lado para materializar el pacto no escrito. La amenaza era que los alcaldes ‘rebeldes’ de CDC podían ‘desertar’ y pasar a apoyar a otra formación en las próximas elecciones. Ante el peligro de fractura, Mas se temió lo peor y acabó cediendo.
La CUP tuvo que aceptar el pacto porque su condición era que Mas no fuese Presidente
Asimismo, la CUP se vio obligada a aceptar sus propias palabras, porque se limitó a poner como condición que Artur Mas no fuese Presidente, por lo que al haber otro candidato, prácticamente estaba obligada a aceptar el pacto, confirman fuentes consultadas por El Confidencial.
También el ‘president’ se encontraba entre la presión de un sector soberanista que tira de la cuerda de la secesión y arrastra al partido a un radicalismo exacerbado, ante el sector moderado que quiere abandonar esta senda y que exige volver a la centralidad política. En los próximos meses, tal y como afirmó en la rueda de prensa, Mas a partir de ahora se esforzará por unir Convergència, ante la posibilidad de que pueda producirse una escisión.
Lea además:
Junts pel Sí y la CUP llegan a un acuerdo: Carles Puigdemont sustituirá a Artur Mas
La CUP decidirá este domingo qué diputados cambian