La vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, ha aceptado la nominación demócrata y ya es oficialmente candidata del partido a la presidencia de EEUU. Ha concluido así una semana de Congreso del Partido Demócrata en la que multitud de políticos y rostros famosos han mostrado su apoyo a Harris, quien ha presentado al gobernador Tim Walz como candidato a la vicepresidencia.
Harris prometió, en su discurso de este jueves, unir al país y aportar una perspectiva práctica a la presidencia si es elegida en las elecciones de noviembre. "Prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses", dijo. "Seré una presidenta que nos una en torno a nuestras aspiraciones más elevadas", añadió Harris. "Una presidenta que lidere, y escuche. Que sea realista. Práctica. Y con sentido común. Y que siempre luche por el pueblo estadounidense".
Harris también prometió que construir la clase media "será un objetivo central de mi presidencia".
Algunos medios estadounidenses destacan que el discurso de Kamala Harris estuvo presentado en la forma de su antiguo trabajo, como fiscal, con una acusación de múltiples cargos contra su oponente, Donald Trump.
"Harris utilizó su tiempo ante una audiencia nacional para acusar al expresidente de una larga lista de delitos. Algunos involucraron casos legales reales, como sus condenas por delitos graves en Nueva York, un fallo civil que lo declaró culpable de abuso sexual, y sus esfuerzos -aún por litigarse- para intentar revertir su derrota electoral de 2020 frente a Biden", puede leerse en 'Bloomberg'.
'CNBC' destaca, por su parte, que en el Congreso de esta semana se ha hecho un esfuerzo por atraer a los votantes más moderados y desarmar los intentos de Trump de etiquetar a Harris como una "marxista" de extrema izquierda. Dice también que el tono del discurso buscó igualmente subrayar el reciente mensaje de los demócratas de que tanto Trump como su candidato a la vicepresidencia, JV Vance, son "raros" y no representan a la mayoría del país.
"En muchos sentidos, Donald Trump es un hombre poco serio", dijo Harris el jueves por la noche. "Pero las consecuencias de ponerlo de nuevo en la Casa Blanca son extremadamente serias".