El rey emérito, Juan Carlos I, ha presentado ante Hacienda una declaración sin requerimiento previo por la que ha pagado una deuda de 678.393,72 euros, en la que se incluyen intereses y recargos, por el uso de las tarjetas opacas.
Tal y como ha comunicado su abogado, Javier Sánchez-Junco, en un comunicado, el ex monarca "continúa, como siempre lo ha estado, a disposición del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que considere oportunos".
La declaración del emérito no está relacionada con sus posibles bienes en el extranjero, sino con el uso de tarjetas bancarias tanto por parte de Juan Carlos I como de sus familiares, con fondos opacos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, que a su vez está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo.
Este fin de semana se ha conocido que sus dos hijas y Froilán y Victoria Federica se beneficiaron de las 'tarjetas black'. Los hijos de la Infanta Elena las han usado para pagar desplazamientos en Uber, compras en El Corte Inglés e, incluso, clases de piano, según ha adelantado 'El Confidencial'.
Este asunto está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo en unas diligencias en las que también colabora el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón.
Esta línea de investigación sobre gastos realizados con efectivo y que no había sido declarado a Hacienda se une a las otras dos ya abiertas al rey emérito, la primera por posibles comisiones procedentes del AVE a la Meca y que previsiblemente será archivada por no encontrarse indicios que se puedan perseguir respecto del exjefe del Estado, que es aforado ante el Tribunal Supremo.