- Los expertos aseguran que para Ciudadanos, PSC y PP sería mejor ir por separado
- Las tensiones en el seno de Junt pel Sí por el 'procés' podrían ser un obstáculo insalvable
La convocatoria de elecciones para el próximo 21 de diciembre en Cataluña fue una de las primeras decisiones del Gobierno de Mariano Rajoy tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Ahora todos los partidos se preparan para la nueva cita en las urnas, y las quinielas sobre posibles coaliciones se suceden casi con tanta rapidez como se conocen los datos de las primeras encuestas. ¿Habrá alianzas entre independentistas o irán en solitario? ¿Y cuáles son las opciones de los denominados partidos constitucionalistas?
No es conveniente descartar ningún escenario, porque de aquí al 21-D todavía queda mucho por recorrer
De momento, no hay nada decidido. Al menos oficialmente. Diversos partidos han hablado de lo que sería más conveniente dadas las circunstancias, dando a entender cuál será su postura, aunque no es conveniente descartar ningún escenario, porque de aquí al 21-D todavía queda mucho por recorrer y los propios expertos reconocen que todo puede pasar. De momento, ninguno de los dos 'bloques', ni el independentista ni el constitucionalista, apuesta por la coalición.
Al menos eso se desprende de las declaraciones que han hecho algunos dirigentes desde que el Ejecutivo central anunció las elecciones. Entre los partidos independentistas que formaron Junts pel Sí, PDeCAT y ERC, la opción que prima es la de ir cada uno por su lado. Así lo ha defendido Joan Tardà, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, que cree que eso sería lo mejor porque permitiría a los partidos independentistas tener “mayores posibilidades de alcanzar mejores resultados”.
Eso siempre que los partidos constitucionalistas opten por ir por separado. Aunque Tardà ha dejado claro que “no está cerrado ese debate”, sí que considera que sería buena idea tratar de lograr el máximo número de votos por separado. Lo que no dice es que quizá esa idea se apoye en que ahora las encuestas son mucho más ventajosas para ERC que para PDeCAT, muy afectado no sólo por los casos de corrupción en los que se ha visto envuelto por ser sucesor de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), sino también porque su cúpula ha quedado claramente dividida por el proceso secesionista.
Prueba de ello es el hecho de que el propio PdeCAT haya anunciado que concurrirá a las elecciones, y que Santi Vila, el exconsejero de Empresa del Govern de la Generalitat que abandonó el cargo justo antes de la declaración de independencia del Parlament, se haya postulado para encabezar la lista del partido en las próximas elecciones. Vila fue el 'verso suelto' del gobierno catalán de Carles Puigdemont, y se ha mostrado crítico con el órdago independentista en más de una ocasión. Íntimo amigo de la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, puede que si logra su objetivo de encabezar la lista del PDeCAT el partido logre recuperar parte de los votos perdidos, según atestiguan las encuestas sobre intención de voto dadas a conocer en los últimos días.
Eso siempre y cuando no se vea demasiado salpicado por lo ocurrido hasta ahora. Depende de las decisiones judiciales y de cómo se desarrollen los acontecimientos, después de que la juez Carmen Lamela, de la Audiencia Nacional, haya decretado para él prisión eludible bajo fianza de 50.000 euros. Su abogado ya ha pagado la fianza y eso le ha permitido abandonar la prisión de Estremera (Madrid), en la que se encontraba, aunque el PDeCAT parece dispuesto a no hacer caso de sus aspiraciones y pretende repetir la coalición de Junts pel Sí. El PDECat apuesta por una lista unitaria del independentismo a las elecciones. “Es el momento de una gran lista de país”, explicaba este viernes la coordinadora general del partido, Marta Pascal, en rueda de prensa. Según dijo Pascal, el objetivo de la formación es que la lista la puedan compartir “todas las formaciones que quieren la libertad, la amnistía y la defensa de las instituciones”.
¿Y LOS PARTIDOS CONSTITUCIONALISTAS?
En el 'bando' contrario, la idea de la coalición tampoco parece haber calado. Únicamente Ciudadanos lo pide. La líder del partido naranja en Cataluña, Inés Arrimadas, apuesta por un pacto constitucionalista, por lo que pide un “acuerdo transversal” que garantice que, en caso de que PP, PSC y C's sumen más escaños que los secesionistas, estos partidos faciliten el gobierno del partido no independentista más votado.
No obstante, ni socialistas ni 'populares' están por la labor. Al menos es lo que se desprende de las declaraciones de sus dirigentes. Ni unos ni otros están por hacer ningún pacto previo, sino que prefieren dejar que los catalanes decidan y, una vez conformado el Parlament, se verá qué ocurre. Pero, ¿esa postura les beneficiaría frente al independentismo? Los expertos creen que sí. Según Emilio Serrano, politólogo y consultor de comunicación en Asesores de Comunicación Pública, no sería”producente” una coalición constitucionalista, porque Ciudadanos, PSC y PP son partidos muy distintos y, atendiendo a las encuestas, “una coalición previa les perjudicaría”. Serrano cree que una alianza no sería algo “correcto” porque estos partidos “no tienen mucho que ver”, y porque la unidad que han mostrado ahora en Cataluña es fruto de “una situación excepcional”.
A su juicio, sería mejor para el denominado bloque constitucionalista “mantener su identidad propia” porque eso les permitirá “afianzar a su electorado”. Frente a ello, el politólogo opina que “para los partidos independentistas lo más inteligente sería ir juntos”, aunque cree que no obstante será difícil ver una coalición independentista si priman los intereses propios, y en este sentido ERC es el que más tiene que ganar, y PDeCAT el que más tiene que perder. “Para los independentistas sería positivo, pero los intereses particulares les sitúan en extremos opuestos”, afirma Serrano.
Por eso, puede que la independencia como fin no sea suficiente para volver a ver una candidatura de Junts pel Sí, dice también este experto. “No parece que se pueda reeditar el pacto, hay muchas tensiones en el bloque secesionista que han quedado de manifiesto en las últimas semanas”, señala el politólogo, que no obstante no quiere cerrar del todo la puerta a este escenario porque puede haber sorpresa. “Habrá que ver si juegan a sobrevivir o si optan por el cumplimiento del mandato de la ciudadanía sobre la independencia del que tanto hablan”, remarca Serrano.
Y de la misma opinión es Ignacio Martín Granados, politólogo y miembro del consejo directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP). Cree que ahora mismo hay “mucha división” y muchos “debates internos” en todos los partidos catalanes, y de cómo resulten estos dependerá de si habrá o no coaliciones de cara al 21-D. No obstante, cree que el 'bloque' constitucionalista no se unirá.
“No creo que suceda, son muy diferentes, pero cosas más raras se han visto”, dice el experto, que afirma que esa decisión “se tendría que debatir a escala nacional” en el seno de los tres partidos, y que tendría “consecuencias de escala nacional”. Ahora la situación en Cataluña se ha llevado al extremo, y eso podría justificar que fuesen juntos, aunque lo ve “difícil”. Igual que en el caso del 'bloque' independentista, donde la “división” y las “tensiones” están a la orden del día.
Según el último sondeo del CIS catalán Junts pel Sí y la CUP volverían a lograr mayoría absoluta en las elecciones del 21-D
Y es que, recuerda Martín Granados, “Junts pel Sí es una plataforma con muchas opiniones”, y puede que esas diferencias primen de cara a las elecciones. La postura del PdeCAT, sumido en una profunda división por las decisiones que se han adoptado al calor de las presiones de la CUP, que ha sido la que ha marcado la hoja de ruta del 'procés', ha conducido al partido al “desastre”, a ser casi considerado como un “partido irrelevante” en las encuestas, y frente a ello ERC “se ha visto beneficiado”. Ahora, dice el experto, habrá que ver cómo saca rédito cada partido a la situación, si “tratan de sobrevivir” para llegar lo mejor posicionados posible a las elecciones, o si vuelven a reeditar la coalición, que ahora mismo genera “muchas dudas”.
En las últimas elecciones, las de 2015, Junts pel Sí logró 1.620.973 y se hizo con 62 escaños del Parlament. Gracias al apoyo de la CUP, que logró el apoyo de 336.375 catalanes que le dieron 10 escaños, logró la mayoría suficiente para formar Gobierno. Hay que recordar que la mayoría absoluta la conforman 68 diputados, dado que el Parlament hay 135 escaños. Ciudadanos fue la segunda fuerza más votada, con 734.910 apoyos que le permitieron hacerse con 25 escaños en la Cámara autonómica, seguido del PSC (522.209 votos y 16 escaños); Catalunya Sí que es Pot (366.494 votos, 11 escaños); y el PP (348.444 votos, 11 escaños).
El último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), considerado el CIS catalán, revela que Junts pel Sí y la CUP sumarían entre 68 y 72 escaños, revalidando con ello la mayoría absoluta de la que ostentaban en la pasada legislatura, pero en sufragios se quedarían en el 45,9%, dos puntos menos que en las pasadas elecciones. En caso de que ERC y PDeCAT reeditasen la alianza Junts pel Sí, esta coalición obtendría el 39,7% de los votos y 60-63 diputados. La CUP pasaría de 10 a 8-9 escaños con el 6,2% de las papeletas.
Ciudadanos, por su parte, lograría retener la segunda posición e incluso podría anotarse un leve crecimiento, al lograr entre 25-26 parlamentarios. El PSC también mejoraría sus resultados al pasar de 16 a 17-19 representantes y Catalunya Sí que es Pot -coalición que no repetirá y que no contiene a los 'comuns'- subiría de 11 a 12-14 diputados. El PP conservaría sus 11 escaños actuales, o podría perder uno. Además, este estudio estima que la participación las elecciones sería ahora del 75%, porcentaje levemente inferior al registrado en los últimos comicios, los del 27 de septiembre del 2015, cuando fue del 77,4%.