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Eduardo Parra - Europa Press

Tras un verano sin avances, el clima político en España empieza a calentarse de cara al otoño. A los últimos días de negociaciones para conseguir formar Gobierno se sumará, si finalmente no llega a haber acuerdo, la celebración de elecciones. Además, no hay que perder de vista Cataluña, donde se conocerá la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 1-O.

Menos de tres semanas. Ese es el tiempo del que dispone el presidente en funciones, Pedro Sánchez, para convencer a Podemos y conseguir su apoyo en la investidura que tendrá lugar, como fecha límite, el 23 de septiembre. Para ello, este mismo martes el PSOE presenta un programa con 300 medidas que el partido espera que sea la llave para atraer el 'sí' de Pablo Iglesias.

El plan de Sánchez es utilizar la próxima semana para celebrar reuniones con PP, Ciudadanos y Podemos. Suponen, además, unos días decisivos en los que, si los encuentros llegan a buen fin, a mediados de mes podría abrirse la ronda de contactos con el rey. Por el contrario, si los socialistas no consiguen el apoyo de los morados ni la abstención de los de Pablo Casado y Albert Rivera, la repetición de elecciones estaría prácticamente asegurada.

De hecho, desde el Ejecutivo en funciones ya han advertido de que Sánchez no se presentará a una investidura fallida. De ser así, la mecánica para celebrar otros comicios quedaría automáticamente activada el 23 de septiembre y los españoles tendrían que volver a acudir a las urnas el 10 de noviembre. Algo que, salvo un cambio de última hora, parece más que probable. Mientras los de Iglesias se mantienen en que solo aceptarán investir a Sánchez presidente si hay un Gobierno de coalición, los socialistas aluden a la desconfianza y solo admiten negociar un programa, nada de ministerios en el Ejecutivo.

Precisamente, uno de los puntos programáticos en el que ambos partidos discrepan tiene que ver con la situación política en Cataluña. En la celebración de la Diada, el 11 de septiembre, los grupos independentistas celebrarán sus correspondientes reivindicaciones en las que exigirán también la absolución de los presos por soberanistas en el juicio del 1-O en el Tribunal Supremo. Los jueces tienen la intención de acelerar la sentencia a la segunda quincena de septiembre o primera de octubre. El objetivo es que sea, en cualquier caso, antes del 14 de octubre. Dos días después se cumplirán dos años, el límite legal, de la entrada en prisión preventiva de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

La sentencia juzgará si nueve de los doce acusados cometieron acto de rebelión. Si finalmente hubiera condena, ésta iría acompañada de la inhabilitación para ejercer un cargo público de los condenados. Esto significa que los tres diputados presos de JxCat, Josep Rull, Jordi Turull y Sànchez, ni los de ERC, Oriol Junqueras y Raül Romeva, no podrían presentarse a las elecciones. De momento, lo que se ha conocido es la fecha en la que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, tendrá que declarar por la presencia de lazos amarillos en edificios públicos durante la campaña electoral: los días 25 y 26 de septiembre.

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