- La presencia de Soraya Sáenz de Santamaría en la silla de Rajoy constituye a primera vista un error abultado del PP
Puede entenderse que Rajoy no quiera asistir a todos los debates a cuatro, a cinco, a seis que se le propongan…, una vez que se ha reconocido que estas elecciones del 20D serán singulares porque habrá más de dos actores principales en la pugna.
Es gravísimo que Rajoy no esté en el gran debate a cuatro que prepara Antena 3
Lo lógico es, en realidad, que haya numerosas combinaciones informales -debates dispersos y a varias bandas-, y que el presidente del Gobierno y del partido que se perfila como mayoritario se reserve para las ocasiones especiales. Pero es gravísimo que Rajoy no esté en el gran debate a cuatro que prepara Antena 3, una de las dos grandes cadenas privadas de España, que se emitirá además por la Sexta, por el Canal Internacional, etc. Toda la opinión pública sabe que en realidad serán cuatro los actores que en esta ocasión se disputarán el poder, por lo que no es razonable negar la evidencia.
La presencia de Soraya Sáenz de Santamaría en la silla de Rajoy en un debate con Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias constituye a primera vista un error abultado del PP, que puede costarle caro en términos de apoyo electoral. La explotación que los otros tres candidatos van hacer con toda la razón de la ‘silla vacía’ puede ser demoledora, ya que, como es natural, la confianza que la ciudadanía deposita en quien ha de ejercer la máxima autoridad de la nación no es transferible. Estos debates no consisten sólo en un intercambio de ideas: el elector quiere ver el aplomo del candidato, su estado de ánimo, su rapidez mental, su forma de batirse con sus rivales, etc. Y ello no se aclarará del todo con el cara a cara Rajoy-Sánchez: faltará en él poder observar cómo son las relaciones entre los líderes de los partidos históricos y los de las formaciones emergentes.
La explotación que los otros tres candidatos van hacer con toda la razón de la ‘silla vacía’ puede ser demoledora
La ausencia de Rajoy y la presencia de su vicepresidenta ha desatado como es natural todos los rumores. Especialmente, el de que Rajoy ya habría interiorizado que podría ser vetado como cabeza de la coalición que, según todos los indicios sociológicos, habrá que formar para conseguir una mayoría tras el 20D. De cualquier modo, la ausencia de Rajoy de ese debate refuerza la necesidad de institucionalizar tales actos preelectorales para que su celebración no dependa de la estrategia y del interés de los partidos en liza.
Antonio Papell
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