- Las fracturas internas en el partido de la presidenta son el mayor lastre para Scioli
- La segunda vuelta se celebrará el 22 de noviembre
La gran pregunta en Argentina tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales es si podrá mantenerse el oficialismo en el poder. Los resultados del domingo mostraron una victoria ajustadísima del candidato del Gobierno y un enorme crecimiento del apoyo a su mayor rival. ¿Se acerca un cambio?
La segunda vuelta se celebrará el 22 de noviembre y en ella se enfrentarán el candidato oficialista Daniel Scioli y Mauricio Macri, líder de la coalición de centro Cambiemos. Los medios internacionales, como BBC Mundo destacan el golpe que ha recibido el Frente para la Victoria (FPV), la fuerza peronista que ha gobernado Argentina durante los últimos doce años y a la que pertenece la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El éxito de Cambiemos ha pillado por sorpresa, ya que ninguna encuesta electoral fue capaz de anticipar estas cifras
El éxito de Cambiemos ha pillado por sorpresa, ya que ninguna encuesta electoral fue capaz de anticipar estas cifras. Tampoco los resultados de las primarias de agosto, en las que Scioli obtuvo 8 puntos más que Macri, anticipaban este desenlace.
DIVISIÓN EN EL FPV
Entre las principales causas del descenso del apoyo al oficialismo se encuentra la división del propio partido. Algunos miembros del partido, como el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, que se presentaba además como candidato a gobernador de Buenos Aires, han denunciado una lucha interna dentro del FPV.
"Hubo gente de mi partido que hizo lo imposible para que me fuera mal", aseguró tras conocer los resultados electorales, en declaraciones publicadas por BBC Mundo. "Ese fuego amigo creyó que me paraba en una elección, pero no se dio cuenta que se hacía un agravio a sí mismo".
Las fracturas dentro del peronismo suponen una debilidad para Scioli de cara a la segunda vuelta de las elecciones
También se aprecia una división entre los partidarios de Scioli, que fue gobernador de la provincia de Buenos Aires desde 2007. Este candidato fue designado por Cristina Fernández como sucesor después de varios años de relaciones tensas, pero dentro del partido no está considerado un kirchnerista puro.
El periodista y comentarista político Pablo Mendelevich ha explicado, en declaraciones a BBC Mundo, que las fracturas dentro del peronismo -la fuerza que agrupa al kirchnerismo, al sciolismo y varias agrupaciones más- suponen una debilidad para el candidato. El periodista de TN Nelson Castro coincide con Macri en que "el resultado indicó el hastío de la gente".
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ARGENTINA PIDE UN CAMBIO
Pero el propio Macri ha justificado la pérdida de apoyos para el oficialismo en otras causas: “La gente se animó a decir basta”, aseguró el lunes en declaraciones a la prensa tras los resultados. El periodista de TN Nelson Castro coincide con Macri en que "el resultado indicó el hastío de la gente".
En sus discursos, Macri ha intentado dar un ejemplo de que busca imponer un estilo diferente al de la presidenta Cristina Fernández
En sus discursos, Macri ha intentado dar un ejemplo de que busca imponer un estilo diferente al de la presidenta Cristina Fernández, famosa por sus ataques a la oposición. El éxito de esta estrategia ha sido tan aplastante que el propio Scioli ha reconocido que los argentinos han votado por un cambio, aunque ha advertido sobre los peligros que puede tener la llegada de otro partido al Gobierno.
"Muchas veces la palabra cambio puede sonar muy atractiva pero tenemos que darnos una discusión muy profunda sobre qué tipo de cambios queremos los argentinos", señaló. Su propuesta electoral fue "continuidad con cambio", y a lo largo de la campaña electoral se ha esforzado por dar señales de que quiere imponer un nuevo estilo de gobierno.
Sin embargo, estas promesas no fueron creíbles, asegura el sociólogo Marcos Novaro, director del Centro de Investigaciones Políticas, en declaraciones a BBC Mundo. "Incluso Macri reconoció que muchos de quienes lo votaron lo hicieron no porque lo apoyan sino porque creen que es el único que realmente hará cambios", explica.
Pero más allá de las promesas de cada candidato, el desenlace de la segunda vuelta del 22 de noviembre, la primera que se disputará en unas presidenciales en la historia de Argentina, dependerá de las alianzas políticas. La mayoría de los observadores internacionales creen que el papel clave lo interpretarán tanto los líderes del peronismo como el diputado de ese partido Sergio Massa, que quedó tercero en las elecciones con un 21,3% de votos que ahora deberán repartirse entre Scioli y Macri.
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