- Las consecuencias de este desencuentro podrían desastrosas para el partido
- El calendario de los próximos acontecimientos en Ferraz se ha convertido en el nuevo motivo de disputa
Año 1879. Fue entonces cuando Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Ahora, 137 años después sufre una situación casi crítica que amenaza con romper el partido. ¿Exagerado? Los fuertes acontecimientos de los últimas días, y lo que pueda deparar el fin de semana muestran que no.
Que en el PSOE había detractores de mucho poder del secretario general era conocido por la opinión pública. Pero, lo que no se conocía era hasta dónde eran capaces de llegar los detractores de Pedro Sánchez para lograr su objetivo, el de establecer un nuevo líder de los socialistas. El ex militante socialista y fundador de ‘Decide en Común’, Alberto Sotillos, describe a Bolsamanía este acontecimiento como ”una lucha por el poder orgánico que lleva acompañando al partido mucho tiempo”.
El papel del los socialistas en la incertidumbre política nacional ha sido el caldo de cultivo de los críticos de Sánchez. Tras dos elecciones generales consecutivas con el peor resultado histórico del partido, que alimentaron un gran debate interno sobre la postura que debía adoptar el partido en la formación de Gobierno. Hasta que la tensión ha acabado estallando con los malos resultados en los comicios en Galicia y País Vasco como la gota que ha colmado el vaso.
Los dos bandos estaban claros: los partidarios de Sánchez se situaban en la posición de un gobierno alternativo, junto a su rival en el segmento ideológico, Podemos; por otro lado, los críticos del secretario general se posicionaron a favor del apoyo o abstención del partido para facilitar el gobierno de Rajoy.
Un enfrentamiento entre los dos bandos del PSOE que ha estado cargado de declaraciones públicas según avanzaban las negociaciones y se acercaban la posibilidad de unas terceras elecciones
Un enfrentamiento entre los dos bandos del PSOE que ha estado cargado de declaraciones públicas según avanzaban las negociaciones y se acercaban la posibilidad de unas terceras elecciones. No obstante, como apunta Alberto Sotillos “se han ido variando las posturas políticas dentro del partido según iba interesando en las luchas internas”.
Pero el batacazo del PSOE en Galicia y en el País Vasco en las elecciones del 25S hizo insostenible la situación del partido. Pedro Sánchez se juntó con su equipo y anunció, un día después de estos comicios, la propuesta de convocatoria de un congreso y un proceso de primarias que expondría en el Comité Federal para que fuera votado. Con este movimiento buscaba el secretario general “una trampa para desatar una pelea entre militantes y estructuras orgánicas del partido. Porque Sánchez se quiere escudar en los militantes porque se aceptan sus propuestas y, por tanto, está utilizando las primarias “, indica Sotillos.
Un movimiento que provocó que Ferraz se llenara de gasolina.Faltaba alguien que encendiera esa chispa y fue Felipe González. El expresidente señaló que Pedro Sánchez le había prometido en una conversación que iba a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, asegurando que se sentía "frustrado", "engañado" y cargó contra un secretario general a quien responsabilizó de hundir al partido. Para el profesor de Ciencias Políticas, Jaime Ferri, “González realizó esta declaración aprovechando su posición de persona de gran poder simbólico en el partido”, y además apunta “como una actitud fea hacer pública una conversación privada”, indica.
Y entonces se provocó un incendio. Sánchez intentó responder a estas palabras de forma moderada, pero manteniendo su posición. Sin embargo, la mecha ya estaba prendida. El efecto de las palabras de González fue inmediato: 17 miembros de la Ejecutiva Federal del partido dimitieron en masa con el objetivo de forzar la caída del secretario general. Para Domenec Ruiz, excandidato al Senado del PSOE, este acontecimiento “es algo inédito y una evidencia de que existe una lucha de poder en el partido”, matiza que “en el fondo, en estos hechos, hay un debate político más allá de los temas personales, aunque este debate se debería tener en el Comité Federal”, señala.
Por otro lado, el profesor Jaime Ferri valora esta dimisión grupal como “un golpe de estado que es la única forma que se les ha ocurrido para intentar quitarse a Sánchez de en medio”. Esta 'guerra civil' del PSOE ha ido erosionando poco a poco al partido en una situación vital importancia del partido en el futuro del país. Y lejos de ir a menos, como apunta el analista político, Pedro Marfil, esta tensión “ha colocado a los dirigentes, militantes y electores en la situación de colocarse en un bando u otro, ya que el partido se ha polarizado”, apunta.
Un contexto actual que el excandidato al Senado por Madrid del PSOE considera “preocupante” y “complejo” para el partido. “Yo me inclino por la opción de un Gobierno alternativo, aunque reconozco que es difícil. Ambos caminos para el partido tienen sus ventajas e inconvenientes pero, con lo que no estoy de acuerdo, es con la dimisión en bloque porque es dañina para el partido y tengo mis dudas que sea de útil para lo intereses que buscan”, apunta Domenec Ruiz.
LA DISPUTA SE TRASLADA AL CALENDARIO
Las fechas para estructurar el partido se "ha posicionado por delante de las de la formación de Gobierno porque la guerra interna ha tomado la delantera”, apunta Sotillos. La disputa vivirá esta sábado una cita clave, con la reunión se reúne el Comité Federal, que deberá ratificar la convocatoria de primarias para el 23 de octubre y la del 39º Congreso para el 2, 3 y 4 de diciembre. “Los partidarios de Sánchez buscan acelerar fechas y sus rivales un debate interno más pausado, cada uno quiere un calendario preparado para sus intereses”, señala el exmilitante.
El 13 de octubre comenzará la campaña de información de los candidatos para secretario general, que terminará el 22 de octubre, un día antes de la jornada de votación. Para participar, se abrirá el 3 de octubre un periodo de solicitud del voto electrónico y desplazado, que podrá emitirse del 21 al 23.
Domenec Ruiz indica que “en estas elecciones, los dirigentes del partido son los únicos capaces de reunir los avales necesarios. Será difícil ganar a Pedro Sánchez con la opción de la abstención al PP por delante y, más aún, con la opción de un Gobierno alternativo que es la misma que ha defendido el actual secretario general”, señala.
Mientras se produce este proceso, los críticos a Sánchez apuntan que el partido debe quedar en manos de una gestora "neutral" que tome las riendas del partido para conducirlo a un congreso que elija una nueva dirección ya que consideran que la actual Ejecutiva "está disuelta" y ya no es competente para tomar decisiones. Una posibilidad que Pedro Marfil considera “interesante si se pusiera al frente un figura recurrente del partido que realizara una labor de consenso”. Justo lo que más falta en un partido que está poniendo en juego su historia. 137 años de historia.