Este lunes se cumple un año de la celebración del referéndum del 1-O, la consulta ilegal organizada por la Generalitat de Cataluña en la que se preguntaba a los catalanes si querían convertir a la comunidad autónoma en un estado independiente en forma de república.
La jornada estuvo marcada por la intervención de los cuerpos de seguridad en los centros electorales para impedir la consulta y las cargas policiales en algunos de ellos, as diferentes cifras de heridos dadas por el Gobierno y el Govern, las dudas sobre la fiabilidad del referéndum y la trascendencia que tuvo la consulta a nivel internacional.
Les entidades soberanistas han convocado para este lunes a los ciudadanos a una marcha por Barcelona para conmemorar el primer aniversario del 1 de octubre y "reivindicar el cumplimiento del mandato" del referéndum.
La manifestación, con el lema 'Recuperemos el 1-O', ha sido convocada por la 'Plataforma 1 d'Octubre' que aglutina a varias entidades independentistas de entre las que destacan Òmnium Cultural, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y los Comitès de Defensa de la República (CDR).
Empezará a las 18.30 horas en plaza Catalunya y finalizará ante el Parlament, algo que ha generado polémica entre las filas soberanistas: en esta ocasión el destinatario de la protesta no es el Gobierno central, sino el Govern y los partidos soberanistas porque consideran que no están haciendo lo suficiente para defender la independencia.
Fuentes de la organización consultadas por Europa Press han explicado que la cabecera de la marcha estará formada por personas anónimas que participaron en el 1-O --no por líderes políticos-- y que llevarán urnas con deseos dentro.
Al llegar al Parlament, representantes de la plataforma organizadora serán recibidos por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el presidente de la Cámara, Roger Torrent.
URNAS, PAPELETAS Y CARGAS
La jornada del referéndum de hace un año comenzó en realidad dos días antes de la propia votación: el viernes 29 de septiembre, miles de ciudadanos se encerraron en los colegios electorales para evitar que fueran clausurados por la policía y conseguir que la gente pudiera votar.
En la madrugada del domingo, a pocas horas de iniciarse la votación, empezaron a llegar las urnas a los centros, que habían sido custodiadas en secreto por particulares, y la mayoría de colegios consiguieron abrir sus puertas pese a la oposición del Gobierno central.
A las 8 horas el Govern anunció por sorpresa que el censo sería "universal", es decir, que ante la dificultad por acceder en algunos puntos de votación, los ciudadanos podrían dirigirse a cualquier colegio sin necesidad de que fuera al que previamente le había asignado la Generalitat.
En las primeras horas de la jornada empezaron las actuaciones que marcaron la jornada: agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional realizaron cargas contra ciudadanos concentrados en los colegios, lograron cerrar algunos y llevarse urnas, pero la gente siguió votando.
2 MILLONES DE VOTOS, MIL HERIDOS
Pese a estas intervenciones policiales, y según datos de la Generalitat, aquel día lograron votar 2.286.217 ciudadanos: 2.044.038 a favor de la independencia (90,18%); 177.547 en contra (7,83%); 44.913 en blanco (1,98%) y 19.719 votos fueron declarados nulos.
El 20 de octubre la Consellería de Salud, entonces liderar por Toni Comín, ofreció el último balance de heridos: 1.066 personas fueron atendidas a consecuencia de las cargas: 991 el día del 1-O y 75 en días posteriores.
Tras el referéndum se inició un octubre intenso para la política catalana: el día 3 hubo un 'paro de país' para protestar por las cargas; el 10 Puigdemont suspendió la declaración de independencia que tenía prevista; el 27 fue Parlament quien sí la declaró, y ese mismo día se aplicó el artículo 155 para intervenir la autonomía catalana.
Un mes y un día después de la votación, el 2 de noviembre, todos los miembros del Govern cesado que no se habían ido a vivir a Bélgica entraron en prisión preventiva por orden de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela.