MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El Gobierno ha aclarado al diputado del PDeCAT Jordi Xuclà que cuando ha tomado medidas en contra de cónsules honorarios en Barcelona no ha sido porque hayan apoyo "a Cataluña" sino al "separatismo", según dice en una respuesta parlamentaria al hilo del cese del cónsul honorario de Grecia, Fernando Turró.
"El Gobierno considera que el apoyo a Cataluña no puede ni debe ser entendido como un respaldo a las tesis secesionistas", ha respondido el Ejecutivo, después de que Xuclà preguntase si el Gobierno prevé "aplicar más represalias diplomáticas a países que muestren su apoyo a Cataluña".
Después, como la pregunta partía del caso de Fernando Turró, cesado por el Gobierno griego en noviembre, deja claro que "en aquellos casos en los que un cónsul honorario de algún país actúe en apoyo del separatismo, el Gobierno español trasladará a la embajada correspondiente el desagrado del Gobierno por tal actitud".
Eso, prosigue, "se traducirá en una pérdida de confianza como interlocutor en la persona en cuestión" para el desempeño de sus funciones oficiales.
"EN NINGUNA REUNIÓN SE HAN VERTIDO AMENAZAS"
En otra respuesta, el Gobierno dice a Xuclà que "en ninguna reunión de funcionarios del Gobierno con embajadores o diplomáticos extranjeros acreditados en Madrid se han vertido amenazas", después de que éste preguntase si las reuniones con éstos "se basan en amenazar porque sus actos o declaraciones en relación a Catalunya no son del agrado del ministro".
En línea con la otra respuesta, añade que lo que sí se ha dado son casos en los que Exteriores "se ha visto obligado a trasladar el desagrado por pronunciamientos públicos de autoridades del Estado acreditado susceptibles de ser considerados insultantes para España y sus instituciones".
Todo ello después de que el ministro Borrell anunciase a mediados de octubre que Grecia iba a anunciar a su cónsul honorario en Barcelona por agravios a la bandera española. Turró fue visto en una manifestación en la Diada en la que portaba una camiseta con la bandera independentista y en diciembre de 2017 asistió a un acto fuera de España con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.
Los cónsules honorarios no son diplomáticos, tienen menos atribuciones que los cónsules de carrera y, con frecuencia, son ciudadanos del país de destino, no del Estado al que representan.
Esta es la primera ocasión que, con el Gobierno del PSOE, es cesado un cónsul honorario en Cataluña por motivos relacionados con el proceso independentista, pero con el del PP fueron cuatro los destituidos en los últimos años.
El anterior había sido el de Finlandia, Albert Ginjaume, cesado en febrero por su embajada a petición del Gobierno español después de meses de avisos sobre sus actividades. Anteriormente habían sido cesados cónsules honorarios de Letonia, Xavier Vinyals --en 2016, por exhibir una estelada en la fachada del consulado--; el de Filipinas, Jordi Puig --que participó en una manifestación durante el paro convocado en Cataluña el 3 de octubre-- y el búlgaro Hristo Stoichkov.
El exfutbolista fue cesado en octubre de 2017 tras una aparición pública en la que tildó de franquista a la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.