• Cuando me fui, en la caja había entre cuatro y cinco millones de euros y el Palau estaba económicamente bien
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Fèlix Millet y Jordi Montull en el juicio del caso PalauPOOL

Continúan las informaciones en torno al 'caso Palau', que juzga el expolio al Palau de la Música por parte del ex presidente de la institución, Félix Millet y su número dos, Jordi Montull. Mientras el proceso entra en una semana clave, con las declaraciones de Millet, Montull y la hija de este último, que fue directora financiera de la entidad, el antiguo presidente de la institución se reivindica en una grabación de casi media hora de duración.

Millet defiende su gestión de la entidad musical durante los casi 30 años que la presidió, en los que llevó a cabo unas ambiciosas obras de remodelación: "Todo el mundo me decía que sí". Así se expresa Millet en una grabación de 26 minutos grabada unos años después de que se destapara el escándalo, que fue entregada al 'El Punt Avui' la semana pasada y que se publica este lunes.

Cuando me fui, en la caja había entre cuatro y cinco millones de euros y el Palau estaba económicamente bien

El expresidente repasa su gestión y afirma: "La conclusión es que de un Palau que estaba a punto de caer se pasó a tener un Palau mejor que cuando se inauguró y en mejores condiciones".

"Cuando me fui, en la caja había entre cuatro y cinco millones de euros y el Palau estaba económicamente bien", relata Millet, que está siendo juzgado por la Audiencia de Barcelona por el expolio de la institución junto a su mano derecha, Jordi Montull, y su hija, la directora financiera, Gemma Montull.

Según Millet, gestionaba el Palau moviendo "cielo y tierra" para conseguir financiación para impulsar un proyecto de reforma y ampliación para el que contactó los arquitectos Óscar Tusquets y Carles Díaz, una obra de la que todo el control lo llevaba Jordi Montull.

"Me vinieron a mi despacho con un trozo de viga podrida y me dijeron que el Palau se estaba cayendo y que con pequeño terremoto esto se venía abajo", explica.

Y continúa: "Yo tenía una comida con el conseller Max Cahner y le llevé la viga envuelta en papel de diario y le dije: 'Max, el Palau está así".

Ha expresado que, al ver cosas que han pasado y que no le parecen justas, se queda "muy triste", ya que reivindica su mérito de hacer un trabajo difícil para impulsar el Palau.

Millet ha defendido que cuando asumió la gestión del Palau le decían que lo mejor era cerrarlo y solo hacer un concierto al año, algunas visitas y poco más, "porque no estaba en buenas condiciones", y al cabo de casi 30 años dejó un edificio renovado, ampliado y con la superficie duplicada.

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