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El próximo president de la Generalitat debe abordar la confección de unos nuevos presupuestos para 2021 con urgencia. De hecho, el mismo acuerdo de investidura debería incorporar un pacto para las nuevas cuentas de la Generalitat, que aún mantiene las de 2020 en el contexto de pandemia y emergencia económica, con el acento puesto en los fondos europeos Next Generation. Esta es la primera reivindicación del empresariado y de los sectores económicos en Cataluña, que también reclaman moderación al nuevo ejecutivo y que deje de lado la unilateralidad y la confrontación con el Estado.

Los presupuestos anteriores, los últimos aprobados por el expresident Quim Torra, se quedaron obsoletos inmediatamente a causa del Covid-19 y de todos sus estragos y son inútiles en la situación actual, donde el nuevo Govern deberá reactivar la economía, reclamar ayudas para reflotar las empresas y redistribuir sabiamente los fondos de recuperación e impulso de la Unión Europea (UE). Además, tendrá que lidiar con una coyuntura de caída del 11,4% del PIB en 2020 -más que el 11% del conjunto del Estado- y un ritmo de recuperación que no alcanzará el crecimiento anterior a la crisis hasta 2023, según un reciente informe de la Cambra de Comerç de Barcelona.

Por si lo anterior fuera poco, según la misma Generalitat, las necesidades de financiación de las instituciones catalanas este año serán de 2.685 millones de euros, cifra que se eleva a 13.072 millones si se incorporan los vencimientos de la deuda pública (78.292 millones). Por todos estos motivos, el empresariado reclama un ejecutivo que restablezca el diálogo con el Estado con tal de recibir el apoyo suficiente para reflotar la economía de la región, según fuentes conocedoras y así lo plasmó el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, en un artículo de ‘El Periódico’. El presidente de la patronal catalana exhortó el Ejecutivo catalán que acabe siendo investido a que “centre sus esfuerzos en levantar económicamente el país" y que sea “muy consciente de la situación, hacer un diagnóstico exhaustivo sector a sector y ponerse a trabajar”.

Este lunes, en sendos comunicados, Pimec y Foment del Treball han exigido un Govern "fuerte" y "estable" e insisten en evitar a toda costa una repetición de las elecciones. La patronal de la pymes reclama "gobernabilidad" y "evitar una nueva convocatoria de elecciones" para ejecutar de forma "urgente" las políticas que requiere el tejido empresarial y la sociedad, así como "la gestión de los fondos europeos y la aceleración de la vacunación contra el Covid-19". En la misma línea se ha expresado Foment, que considera que la crisis económica en Cataluña "requiere la determinación de un Govern fuerte y estable".

¿ERC O ILLA?

Los meses en que el candidato de ERC, Pere Aragonès, ha ocupado la presidencia en funciones han aportado algo de tranquilidad a los sectores económicos. La apuesta que parte de este entorno sería un Ejecutivo en que los republicanos tuvieran libertad de maniobra, con apoyo del PSC desde el mismo Govern o desde fuera. Una opción que ambas formaciones han descartado. No habrá pacto de Govern, aunque el candidato socialista, Salvador Illa, no ha vetado a los republicanos para gobernar, algo que sí ha pasado al contrario.

El exministro de Sanidad no tira la toalla y ha anunciado que se presentará a una investidura "por convicción y por coherencia" y que se reunirá con todas las fuerzas salvo con Vox. Desde ERC, en cambio, se rechaza llegar a acuerdos de investidura con el PSC porque los socialistas y los republicanos son "como el aceite y el agua", en palabras del líder de los republicanos, Oriol Junqueras.

Así, Aragonès prefiere un Govern amplio, con todas las formaciones que están a favor de la autodeterminación. Este lunes, en plena resaca postelectoral, ha vuelto a extender su invitación a CUP y En Comú Podem, para formar un Ejecutivo cuatricolor junto a Junts y sumar una mayoría de 82 escaños en el Parlament, lo que también facilitaría un trámite parlamentario ágil de las cuentas de la Generalitat.

Junts, por su parte, ha señalado que no tiene inconveniente en hacer presidente al republicano y ha dado por hecho que habrá un gobierno independentista, sin la concurrencia de formaciones que puedan ser partidarios del derecho a decidir, como los comunes. Esta división en el bloque independentista puede poner en riesgo la formación de un gobierno y hasta acabar en nuevas elecciones si ninguno de los candidatos obtiene los apoyos necesarios.

De ser así, la situación de interinidad se prolongaría hasta el verano, el peor escenario para los empresarios, quienes dan por perdido en este contexto el segundo semestre de este año y ven aplazado un nuevo proyecto presupuestario hasta el próximo, según calculan. Llegados a este punto en que una legislatura con Illa al frente es un imposible, la opción moderada de ERC es el mejor de todos los escenarios.

Los republicanos piden un referéndum pactado con el Estado, una reivindicación que se aleja del rupturismo de Junts, que incluso en su programa electoral mantenía la confrontación a través de la nueva Ley de Contratación Pública para disponer de unos servicios públicos más eficientes y de calidad, simplificando los procesos, dotando de mayor autonomía a su funcionamiento y eliminando la contratación de empresas del Ibex 35”.

Apartarse de estos extremismos es fundamental para Foment ya que mantiene sus planes de lograr que las empresas del selectivo español que trasladaron su sede a otros puntos del Estado tras el 1-O. Naturgy, Cellnex, Colonial, Abertis o los bancos, CaixaBank y Banco Sabadell no mueven ficha y no dejan entrever que desanden el camino de vuelta a la comunidad, pero algunos sectores creen que un Govern no independentista podría ser el primer paso.

No obstante, nada hace pensar que el independentismo se aparque del todo. Aunque ERC dejara de lado a los junteros, necesitaría a la CUP. El reloj de la investidura ya ha empezado a contar con el 26 de marzo en el horizonte y sólo el tripartito al que se niegan los republicanos hace posible este horizonte de esperanza para los lobbys empresariales.

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