Bruselas será testigo de una nueva prueba de entendimiento entre Estados Unidos y Europa. La capital belga celebrará este miércoles y jueves una cumbre de la OTAN cargada de tensiones que el presidente Donald Trump y su mensaje de 'América primero' se han encargado de generar durante los últimos meses. La demanda del republicano se centrará en un mayor gasto en defensa por parte de sus socios europeos, que no está claro que vaya a ser satisfecha.
"Se lo diré a la OTAN: tienen que empezar a pagar sus facturas. Estados Unidos no va ocuparse de todo", declaró el presidente la semana pasada. La Casa Blanca asegura que el 70% del gasto en defensa del país norteamericano se destina al presupuesto de la Organización, una afirmación que Europa ya ha desmentido. Todo ello, en un ambiente complicado por el conflicto comercial que se fragua a orillas del Atlántico y la afirmación de Trump de que el Viejo Continente es tan dañino para su país como lo es China.
La Administración estadounidense acudirá a la cita con la firme intención de presionar a sus socios para que eleven su gasto en defensa al menos hasta el 2% del PIB. Un requisito que el pasado ejercicio tan solo cuatro de los veintinueve miembros cumplía. De no satisfacer las demandas del presidente, Trump podría agitar la confianza que vela la Organización e incluso negarse a colaborar con las regiones que no cumplan con esta cifra de gasto.
Europa se prepara para otro ataque político de la Casa Blanca. Una actitud del Gobierno estadounidense que está "derrumbando los viejos pilares de confianza" que existen desde hace décadas entre ambos bloques, aseguró hace pocos días el ministro de Exteriores alemán, Heiko Mass.
PUTIN ESPERA EN HELSINKI
La cumbre de la OTAN no será la única cita importante que Donald Trump afrontará esta semana. El presidente estadounidense se reunirá con Vladimir Putin el próximo día 16 en Helsinki (Finlandia) en lo que supondrá el primer cara a cara de ambos líderes desde la llegada del republicano a la Casa Blanca.
En una nota informativa, el Kremlin explicó a finales de junio que está previsto que en la cumbre se vaya a "debatir la situación actual y las perspectivas del desarrollo de las relaciones ruso-estadounidenses, además de los asuntos de actualidad de la agenda internacional".
Fuentes norteamericanas y de la Unión Europea expresaron este viernes al diario The Washington Post su preocupación por la reciente sugerencia del presidente de EEUU de encontrar una solución para la crisis de Ucrania y Siria. En concreto, el impredecible mandatario podría reconocer la soberanía rusa sobre Crimea y dinamitar aún más si cabe la relación con la OTAN en favor de su tradicional enemigo. Incluso, el rotativo de Washington va más allá y asegura una ferviente inquietud en el Gobierno de EEUU porque Putin se aproveche de la "inexperiencia y falta de conocimiento detallado de su contraparte".