"Mirar a Venezuela ha hecho también que no veamos una situación tan dramática", dice Alvarado, cuyo país acoge ya a 80.000 nicaragüenses
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, ha pedido este lunes a la comunidad internacional, especialmente a España y a la UE, que vuelque su atención en Nicaragua para restituir la democracia y que respalde también a los países vecinos para mitigar el impacto colateral de la crisis.
"Hemos discutido mucho la situación en Venezuela, que es por todos conocida, pero eso ha hecho también que no pongamos atención a una situación tan dramática como lo está siendo hoy la de Nicaragua", ha dicho Alvarado en una entrevista con Europa Press en el marco de la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid.
Costa Rica, ha explicado, acoge ya a 80.000 nicaragüenses que han huido del país, que además tiene perspectivas económicas negativas.
En la crisis han muerto más de 300 personas, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Las protestas contra el régimen de Daniel Ortega comenzaron en abril de 2018 y el Gobierno las ha reprimido con dureza y ha restringido libertades de prensa y reunión, con un nuevo recrudecimiento en las últimas semanas.
"La situación en Nicaragua sigue siendo profundamente preocupante. Un régimen que no es democrático, el de Daniel Ortega que no respeta los Derechos Humanos de las personas, no respeta la libertad de prensa; no respeta la libertad de las personas a manifestarse en paz", ha advertido.
Por eso, ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para no "normalizar lo que no está bien y también para respaldar a los países de la región por los efectos colaterales que esto tiene".
Se trata, ha dicho, de "auspiciar que en Nicaragua los nicaragüenses tengan la libertad democráticamente de decidir sobre el futuro de su país", que "logren una restitución de sus instituciones para que sean democráticas y a mitigar en la región los efectos que está teniendo esta situación tan lamentable".
De hecho, con este fin cree que "tanto España como la UE tienen un papel de liderazgo internacional y una gran legitimidad" para hacer oír su voz en favor de "esos valores compartidos de democracia, de derechos humanos". Así, espera que tanto Sánchez como ahora Josep Borrell como alto representante de la UE puedan prestar atención a Nicaragua.
Alvarado ha reconocido que ve con preocupación la situación América Latina, pero ha preferido ser optimista porque son los propios ciudadanos los que tienen que "decidir tener democracias fuertes; decidir tener instituciones y procesos electorales y decidir reducir la desigualdad y no estar en manos de nadie" más que de sí mismos.
Más que detenerse, ha dicho Alvarado, la región tiene que reevaluar la situación para "seguir trabajando con fuerza y optimismo", una "llamada de atención a evaluar qué está mal" y actuar frente a ello.