El Consejo de Ministros ha aprobado este martes un decreto por el que establece un luto oficial de 10 días por las más de 26.000 víctimas mortales que ha provocado la enfermedad del COVID-19.
A partir de este miércoles, ondearán a media asta todas las banderas de los edificios públicos y de los buques de la Armada, en señal de duelo por las vidas "truncadas de repente" de hombres y mujeres que no pudieron superar la enfermedad y que fallecieron, en la mayoría de los casos, sin tener al lado a sus familiares al tener que permanecer aislados para no contagiar, ha informado la ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que, por primera vez desde que se decretó el estado de alarma, se ha permitido la entrada de unos pocos periodistas.
"Detrás sin duda de cada una de las personas fallecidas había sin duda una historia vital repleta de sueños y de esperanza, de superación ante las adversidades, de crecimiento personal, constancia o de ejemplaridad", ha puesto en valor la portavoz, que ha recordado que ocho de cada diez fallecidos eran mayores de 70 años y, por tanto, compatriotas que ayudaron en su momento a construir este país en los inicios de la democracia.
A este homenaje se sumará en julio el funeral de Estado presidido por el Rey en cuya organización trabaja ya el Gobierno.