• El impuesto se aprobará en el Consejo de Ministros del 2 de diciembre
  • Catalunya se quedará sin 31 millones de euros si el Estado pisa esta tasa
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Los 31 millones de euros que el vicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras, pensaba recaudar en 2017 con la tasa sobre las bebidas azucaradas, incluida en los presupuestos catalanes para el año próximo, han quedado en el aire después del anuncio del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El Gobierno contempla un gravamen similar dentro del paquete de medidas fiscales que el Ejecutivo quiere impulsar a partir del 1 de enero.

Este impuesto, que se aprobará este viernes, junto con el resto de iniciativas con las que el ministro prevé recaudar entre siete y ocho mil millones de euros más al año -y que incluye otras medidas como que las pymes pasen a declarar el IVA mensualmente-, dejará sin efectividad la propuesta catalana, ya que las cuentas del Govern aún tienen que pasar los trámites parlamentarios para ser aprobadas. En Cataluña, la iniciativa estatal ha sentado muy mal y ha traído recuerdos de otra situación similar: cuando Montoro neutralizó el impuesto sobre los depósitos bancarios en 2012 con otra tasa estatal. Después, el Estado la dejó al 0%.

El impuesto estatal podría abarcar sólo las bebidas carbonatadas, con lo que dejaría vía libre al Govern para penalizar fiscalmente los zumos y batidos

Todavía se desconoce el alcance del nuevo impuesto a los refrescos, que podría abarcar sólo las bebidas carbonatadas, con lo que dejaría vía libre al Govern para penalizar fiscalmente los zumos y batidos. Además de los 31 millones de euros de 2017, el departamento que dirige Junqueras había previsto ingresar 41 millones de euros con esta medida en 2018.

LA MEDIDA CATALANA

La propuesta, que se incluye en los presupuestos de la conselleria de Economia, cuenta con el beneplácito de Junts Pel Sí y la CUP y recupera una propuesta de 2012, de la época de Artur Mas, que pretendía que Cataluña siguiera la estela de países como el Reino Unido, Irlanda o Hungría y penalizar fiscalmente los refrescos con azúcar. Si bien hace cuatro años la propuesta parecía ridícula, la alerta hacia los efectos nocivos del azúcar ha sensibilizado más a la población y ahora se ve con mejores ojos.

Con esta tasa especial, además, se siguen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se dará a estos productos el mismo tratamiento que al tabaco. Sus efectos sobre la salud son igual de nocivos, en forma de diabetes, obesidad y otras afecciones que pasan también factura a las arcas de la sanidad pública.

Explica ElNacional.cat, citando fuentes parlamentarias, que el objetivo del Estado sería exactamente el mismo: preservar la salud pública.

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