El nuevo ministro de Asuntos Exteriores no ha tenido un primer mes tranquilo al cargo. Desde que fuera nombrado, Josep Borrell se ha reunido en ese tiempo con el Rey, con el presidente de los Estados Unidos, ha vivido una cumbre europea y ha mediado ante una nueva crisis de inmigración en el Mediterráneo. Además, el leridano ha asegurado en una entrevista a Expansión que el desafío secesionista catalán será tratado como un "problema interno" por el nuevo Gobierno ya que "los intentos de internacionalizar el proceso o las referencias a 'kosovizar' Cataluña no emocionan a ningún Ejecutivo de la UE".
Borrell aseguró al rotativo estar muy seguro de cuál será su papel en el debate sobre Cataluña. "El papel del ministro de Asuntos Exteriores de cualquier país es defender su imagen y explicar cómo funciona realmente España, saliendo al paso de las críticas infundadas como las que han vertido sobre nuestro sistema político y judicial. Ningún embajador puede permanecer impasible oyendo que se presenta a España como una dictadura que niega derechos", afirmó.
Sin embargo, Pedro Sánchez permitirá que la Generalitat reabra sus 'pseudoembajadas' en el extranjero. "Las embajadas las tienes los estados", explicó el ministro. "Las comunidades autónomas tienen el derecho constitucional a tener delegaciones en el exterior en el desarrollo normal de sus competencias", añadió. En cualquier caso, Borrell aseguró que es necesario esperar a la próxima reunión de Sánchez con el presidente de la Generalitat el día 9 de julio para "saber cuáles son las posibilidades que se abren con un Gobierno que quiere ofrecer el diálogo como instrumento a la solución de un problema".
"CON RAJOY, ESPAÑA SE HABRÍA ALINEADO CON ALEMANIA"
El desembarco de miles de inmigrantes en las costas mediterráneas de la Unión Europea y la agresiva y negativa respuesta de Italia ante esta crisis ha puesto en jaque el proyecto común. Ante esta situación, el ministro ha asegurado que "España va a tener una ventana de oportunidad para jugar el papel que tuvo en los gobiernos de Felipe González (...) España tiene mucho que decir".
Para Borrell, existen tres problemas sobre la mesa. Dos estructurales y uno coyuntural. "El conyuntural es el Brexit. Es importante, pero pasará". Y dos profundamente estructurales que son "la inmigración y la estabilidad del euro como moneda única".
"En inmigración tenemos experiencias positivas que aportar y una actitud radicalmente distinta a la de Italia, aun comprendiendo los problemas que ha tenido. Sobre el euro, somos los que junto con Emmanuel Macron proponemos reformas que estabilicen la moneda única. Todo esto quedó patente en la última cumbre, que sin duda hubiera sido diferente si en vez de Pedro Sánchez hubiera estado Mariano Rajoy. España se habría limitado a alinearse con la posición alemana", ha sostenido el ministro.
GUERRA COMERCIAL MUNDIAL
Borrell también entró a describir su parecer sobre las prácticas proteccionistas que se han desarrollado en los últimos meses al otro lado del Atlántico. "Parece que avanzamos hacia una guerra comercial mundial, hacia una dinámica de echar marcha atrás en la liberación de los intercambios comerciales. Nos afectará, como a todos los europeos", afirmó.
Asimismo, quiso explicar la dificultad que supone negociar con un líder como Donald Trump que considera "las relaciones de Estados Unidos como bilaterales". "El multilateralismo no es algo que parezca gustarle y Europa es la consagración de el multilateralismo llevado a sus últimas consecuencias con cesiones parciales de soberanía", añadió.
