El sector más moderado del independentismo, que apuesta desde el primer minuto en permitir la supervivencia de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de Pedro Sánchez más allá del 13 de febrero, está a punto de perder a una de sus paladines. La consellera de la Presidencia, Elsa Artadi, una de las voces cantantes de las negociaciones con el Gobierno ultima su asalto a la alcaldía de Barcelona.
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Miquel Roca coge fuerza como relator para el diálogo en CataluñaLa también portavoz del Govern de Quim Torra está a las puertas de abandonar sus cargos en unas pocas semanas -tal vez días- para incorporarse a la candidatura al Ayuntamiento de la Ciudad Condal que encabeza Joaquim Forn. Será la número dos de esta lista, pero el juicio del procès, que arranca el 12 de febrero, y el encarcelamiento del exconseller de Interior la convertirán en alcaldable de facto, ya que en ella recaerá toda la campaña.
El PDeCAT ha querido presentar esta elección como una apuesta para unificar el independentismo en una sola candidatura en la capital catalana. La versión oficial es que el liderazgo de Artadi, muy mimada por la prensa y la opinión pública, aglutinaría a ERC y los otros grupos que representan la opción soberanista para las elecciones municipales en la Ciudad Condal. Por el momento, los republicanos de Ernest Maragall y el resto de grupos han esquivado las llamadas a la unidad de la consellera y esta no ha oficializado su papel de número dos por Barcelona de los postconvergentes. Lo más cerca que ha estado de anunciar que se postulará para cruzar la plaza Sant Jaume ha sido decir que "le haría mucha ilusión" el puesto.
Muy implicada en el diálogo entre la Generalitat y el Govern y partidaria de dar cuartel al Ejecutivo socialista en el debate parlamentario de los PGE del 12 y 13 de febrero, Artadi está apurando las semanas que le quedan hasta que se cierren definitivamente las listas. Algunas fuentes hablan de que la candidatura se hará oficial en unos 10 días, pero lo cierto es que ella se hace de rogar.
MALA RELACIÓN CON TORRA Y TIRANTEZ CON PUIGDEMONT
Por un lado, le pesa abandonar las negociaciones con el Estado en fechas tan cruciales, aunque no cierra la puerta a seguir formando parte aunque se postule para las municipales del 26 de mayo; por otro, que la maniobra no viene motivada por otra cosa que "la mala relación que tiene con el president de la Generalitat, Quim Torra", según aseguran fuentes próximas al Govern a Bolsamanía. "No responde a nada más que eso, por más que haya querido venderse de estrategia estudiada", relatan las mismas fuentes.
Además de Torra, la tirantez cada vez más pronuciada con el expresident catalán, Carles Puigdemont, de quien se ha ido distanciando, pese a pertenecer en el pasado a su núcleo duro, no ha hecho más que agrandarse a causa de la batalla interna en el PDeCAT por el apoyo o no a las cuentas socialistas. Artadi, que llegó a ser considerada para el puesto de presidenta en funciones Torra, papel que rechazó porque no quería ser una títere en manos de Puigdemont, se ha alineado con otros miembros de los postconvergentes que reconocen en privado que "es una locura no apoyar los Presupuestos de Sánchez", como el mismo presidente del partido, David Bonvehí, según relatan fuentes parlamentarias.
Puigdemont y Torra se ubican en el otro bando, aunque cada vez son más los dirigentes del PDeCAT que dejan solos a los presidents. No en vano la postura del partido en las últimas jornadas, cuando ERC ha apretado las tuercas al socialismo, ha sido mucho más blanda. Fuentes internas explican que la figura del relator para el diálogo en Cataluña propuesta por el Ejecutivo ha generado un cierto consenso entre estos sectores más moderados de los postconvergentes. No obstante, están dispuestos a exprimir los apenas cinco días de margen que da el reglamento del Congreso para seguir negociando. Su última demanda: que el notario de las reuniones se adhiera a una mesa de partidos estatal, no catalana.
¿QUIÉN SUSTITUIRÁ A ARTADI?
Ha sido Artadi quien así lo ha expresado el miércoles, en una rueda de prensa que ha sucedido a la de la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo. Ambas han estado en constante contacto durante los ocho meses de legislatura socialista y han sido las verdaderas artífices del diálogo y de las reuniones entre Torra y Sánchez.
Quienes han podido seguir de cerca estos encuentros destacan que, desde el primer momento, ha habido buena sintonía entre ellas, por lo que la consellera es una pieza difícil de reemplazar. Según algunas quinielas, quien se perfila como la favorita es la alcaldesa de la Garriga, Meritxell Budó. También se había considerado al conseller de Territorio, Damià Calvet, enmarcado, como Budó, en el sector más afín a Puigdemont del PDeCAT. Pero Torra, en una reciente entrevista en Rac1 descartó de facto a Calvet al señalar que quería una mujer para el cargo para mantener la paridad en el Govern.
