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La alcaldesa de Barcelona, Ada ColauAJUNTAMENT DE BARCELONA

Barcelona tiene números para convertirse en tierra de nadie tras las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Las encuestas arrojan un resultado altamente fragmentado, que forzará a las diferentes formaciones a buscar alianzas para hacerse con el consistorio de la capital catalana. Y Ada Colau se arriesga a perder la preciada plaza de la alcaldía barcelonesa si no logra dar la vuelta a unos sondeos que no le son favorables y que colocan a Ernest Maragall en una clara posición de ventaja.

Si hace unos meses el pacto entre Barcelona en Comú (BComú) y Esquerra Republicana (ERC) se daba por hecho, en las últimas semanas se ha notado un distanciamiento entre estas formaciones. Y el entendimiento entre Colau y Maragall, que llevó a los republicanos a apartar al concejal Alfred Bosch de la carrera por el municipio, se ha enfriado. Algunos sectores quieren ver una señal de este alejamiento en la retirada de la pancarta con un lazo amarillo del edificio de la plaza Sant Jaume, a petición de la Junta Electoral Central (JEC), pero lo cierto es que BComú analiza el ‘sudoku’ de posibles pactos y no se cierra a nada.

El problema es que las encuestas electorales otorgan más votos y concejales a fuerzas como Ciudadanos, cuya candidatura encabeza el ex primer ministro francés Manuel Valls, o al PSC, que repite con Jaume Collboni como alcaldable. Los socialistas actúan de vaso comunicante de la formación naranja y han ido ganando posiciones a la par que la estela de Valls ha perdido fulgor. El candidato liberal no convence y muchos sectores económicos de la ciudad se han ido decantando por el veterano socialista, que podría reencontrarse con Colau.

El concejal hizo tándem con la alcaldesa durante un año y medio, desde que el 25 de mayo de 2016 firmaron un Acuerdo de Gobierno de Izquierdas para la ciudad de Barcelona, hasta que Colau rompió dicho pacto tras el respaldo del PSOE a la aplicación del artículo 155 de la Constitución a Cataluña. Durante aquel período, los socialistas pasaron a formar parte del gobierno de la ciudad y Collboni ejerció como Segundo Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Barcelona dirigiendo las áreas de Empresa, Cultura e Innovación.

Altos cargos municipales cuentan que había buena sintonía entre ambos y que la alcaldía funcionó con mayor precisión durante el año que duró su alianza. "El PSC aportaba a Barcelona en Comú la experiencia en la gestión de una ciudad como Barcelona de la que carecía el equipo de Colau", relatan. Por lo que ven con buenos ojos una reedición de este pacto.

¿TENDRÁ COLLBONI LA LLAVE DEL GOBIERNO?

No obstante, la distancia entre los antiguos socios es absoluta en estos momentos. Tanta, que algunas fuentes ubican al socialista más próximo a cerrar un acuerdo con Valls. También hay rumores de que el alcaldable del PSC tantea las opciones de un gobierno de concentración con el objetivo de vetar un pacto Colau-Margall. Tal escenario dejaría fuera a Vox y la CUP y uniría al ex primer ministro galo con el PP y el PDeCAT, extremo que descartan fuentes socialistas. “No vemos factible esta opción ni la estamos valorando”, indican a Bolsamanía,

Sí reconocen, no obstante, que ante la dispersión del voto apuestan por aglutinar varias fuerzas, sin haber designado aún un “socio preferente”. “Vamos a intentar llegar a acuerdos con partidos claramente de izquierdas, más allá de si son o no independentistas, porque de lo que se trata es de pactar un proyecto de ciudad y no tanto de políticas que tengan que ver con el ámbito ideológico o político”, aseguran desde el partido a este medio.

En este sentido, no se descarta un acuerdo con ERC, que dependerá en gran medida de los pactos que se puedan llegar en el Gobierno central tras las elecciones generales del 28 de abril. Los republicanos se preparan para apoyar a Pedro Sánchez en una hipotética investidura si el actual presidente del Gobierno se hace con la victoria y es capaz de sumar en el Congreso, lo que podría servir en bandeja que se repitiera la foto en las municipales. Incluso, podrían tender la mano a Colau y colocar un tripartito de izquierdas en la ciudad de Barcelona.

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