Un sector cada vez más numeroso de Ciudadanos pugna con el presidente de la formación, Albert Rivera, y su núcleo duro para poner tierra de por medio con Vox y recuperar el centro electoral que ahora mismo está desierto. La líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, ha mandado señales de ser una destacada integrante de este ala moderada que quiere enderezar el giro a la derecha del partido.
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Los analistas coinciden: la fragmentación política es el gran problema de EspañaEl mismo Rivera, según fuentes conocedoras, se siente atrapado en una tesitura que le incomoda y que lo coloca en el mismo saco que la ultraderecha. Aluden a la impostada foto de la manifestación contra Pedro Sánchez del domingo, 10 de febrero, que transpiraba las pocas ganas de los de naranja de figurar al lado de la fuerza de Santiago Abascal. Y también señalan un hecho que podría haber quedado en anécdota, pero que resume a la perfección el desagrado de un sector del partido por el rumbo que le ha imprimido su presidente: la ausencia de la líder catalana, Inés Arrimadas, quien ofreció la excusa de haber perdido un avión para no acudir a la cita. "Si se pierde un vuelo puedes coger el siguiente", ironizan las mismas fuentes y aseguran que la presión de este flanco 'izquierdista' o de centro ya ha empezado.
La convocatoria de elecciones anticipadas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la segura fragmentación del Parlamento que arrojarán los comicios del 28 de abril da lugar a todo tipo de quinielas. Sobre la mesa está una reedición del pacto andaluz, que colocaría al presidente del PP, Pablo Casado, en la Moncloa con el apoyo de Vox y Ciudadanos. Pero en el seno de la formación naranja arrugan la nariz por alinearse otra vez junto a la ultraderecha y se están empezando a dibujar dos bandos: populistas y centristas, según fuentes conocedoras.
"Ahora mismo, el partido de Rivera tiene dos almas", explica el profesor de derecho de la UOC, Ernesto Pascual. Al igual que la fuerza de Casado el politólogo señala que "Ciudadanos se halla en una carrera para liderar las derechas y recuperarle terreno a Vox". Pero este giro ultra se le atraganta al ala más liberal y centrista que "desearía arrimarse al PSOE", aseguran fuentes parlamentarias a Bolsamanía.
A este clima interno hay que añadir el claro rechazo del presidente de la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE), Guy Verhofstadt, grupo en el que figura Ciudadanos en el Parlamento Europeo, a cualquier tipo de pacto con Vox. Durante las negociaciones por la Junta de Andalucía, Verhofstadt llamó a consultas a Rivera y, después de la investidura de Juanma Moreno, se esforzó por señalar que en el pacto con los populares no había "concesiones" a los de Abascal. Por lo tanto, cabe esperar que sea mucho más beligerante después del 28 de abril con las europeas sólo un mes después.
PACTO DE CENTRO
Así las cosas, un acuerdo de gobierno entre socialistas y Ciudadanos no es nada descabellado. De hecho, fuentes del PSOE reconocen que "se contempla", pero no sin matices, ya que el partido de Rivera "se ha ido demasiado a la derecha" y, además, se convertiría en una piedra en el zapato en la operación diálogo para hallar soluciones políticas en Cataluña por la que el PSOE insiste en seguir apostando.
Con todo, no sería la primera vez que Rivera y Sánchez se encuentran y muchas voces apuntan a que crecen las posibilidades de que se reedite el conocido como 'pacto del abrazo' de 2016 -llamado así porque lo firmaron ante el 'El Abrazo' de Juan Genovés-. El problema es que ambas formaciones no sumarían los suficientes escaños como para investir, presumiblemente, a Pedro Sánchez y requerirían de abstenciones, algo muy poco probable. Hace tres años aglutinaban 130 escaños, ahora, si hacemos caso a la última encuesta de eldiario.es, podrían alcanzar los 164, lejos de los 176 que fija la mayoría absoluta y con aritmética parlamentaria en contra para la mayoría simple en segunda vuelta.
Por otra parte, Rivera ahora descarta totalmente esta posibilidad. "Queremos sacar más votos que Sánchez y echarle. Le echaron de su partido por montar líos y ahora le echaremos del Gobierno", declaraba después del rechazo en el Congreso a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Pero no escapa a nadie que ya están todos en campaña y Ciudadanos va a usar cualquier estrategia para arañar votos, al igual que el resto. El 29 de abril, con los resultados en la mano, se verá.