- Las posiciones están enrocadas, y seguirá habiendo negociaciones hasta que finalice el plazo
- La presión sobre la CUP es grande, no sólo en términos políticos sino también sociales
Como estaba previsto, ha fracasado el último intento de negociación entre la lista unitaria Junts pel Si (JxS). Tras una larga reunión en lugar secreto, durante la cual la Asamblea Nacional de Cataluña y otras organizaciones se manifestaron en las calles de Barcelona con escasa asistencia de público, los reunidos, descubiertos por la prensa, se han disuelto sin manifestar más que la falta de acuerdo. Las posiciones están enrocadas, pese a lo cual seguirán negociando hasta que se agote el plazo.
Con anterioridad, se habían producido los últimos movimientos. La actual vicepresidenta en funciones, Neus Munté, se había negado a aceptar la propuesta de “Súmate” –la asociación de castellanoparlantes a favor de la independencia de Cataluña- que consistía en que ella fuera la presidenta de la Generalitat y Artur Mas el ‘conseller en cap’, fórmula que supuestamente sería aceptada por la CUP. Y Artur Mas proponía, sin éxito, al líder de ERC, Junqueras, que su partido ingrese en el gobierno en funciones de aquí a las elecciones anticipadas de marzo, con el fin de dar visibilidad a la lista de Junts pel Sí (JxS), que Mas pretendería reproducir.
La presión sobre la CUP es grande, no sólo en términos políticos sino también sociales. Prueba de ello ha sido la pirueta de Antonio Baños
Mas necesita imperativamente esta asociación porque sin ella se expone a que los restos de Convergencia obtengan un resultado catastrófico (bajo las siglas Democracia y Libertad ya quedó en cuarto lugar en las generales), pero para ERC sería un suicidio político ya que la formación republicana tiene una clara oportunidad de llevar a cabo el sorpasso con relación a CDC y de ponerse al frente del sector nacionalista.
La presión sobre la CUP es grande, no sólo en términos políticos sino también sociales. Prueba de ello ha sido la pirueta de Antonio Baños, quien pasó de negar categóricamente a Mas a dimitir como parlamentario porque la CUP se negaba a investirlo. Por ello, sería periodísticamente imprudente dar por cerrado el asunto y por seguras las elecciones anticipadas. La probabilidad de que haya que ir a las urnas es alta pero aún queda un portillo para una componenda de última hora. La oferta que se habrá hecho a la CUP debe ser deslumbrante.
Antonio Papell
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