• Si Sánchez va a la investidura, la opción de que Iglesias entre el corral socialista, que sería efímera, no puede descartarse
Rey-candidatos

Como el lector recordará, aquí se ha relatado cómo sectores del PP y del PSOE, desligados de sus respectivos liderazgos, habían conspirado para intentar una fórmula de gobernabilidad basada en la alianza PP-PSOE (y a ser posible, también con Ciudadanos en la operación) pero sin Pedro Sánchez ni Mariano Rajoy.

Operación Solana: los candidatos a encabezar el ejecutivo instrumental eran Javier Solana, Julián García Vargas y Eduardo Serra.

Los promotores de esa ‘gran coalición’ elaboraron una terna de candidatos, que por supuesto no fueron consultados, como posibles presidentes del gobierno, encargados de conducir el Ejecutivo a través de una reforma constitucional que habría de realizarse en menos de dos años, y a cuyo término sería preceptivo disolver las cámaras, ratificar la reforma y convocar un referéndum, que a su vez debería servir para que los catalanes formalizasen por esta vía su ‘derecho a decidir’. Los candidatos a encabezar el ejecutivo instrumental eran Javier Solana, Julián García Vargas y Eduardo Serra.

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LOS EFECTOS DE UNA FRONTAL NEGATIVA A LA GRAN COALICIÓN

La fórmula ha ido declinando, a medida que arreciaban las presiones sobre el PSOE para que permita gobernar al Partido Popular, secundado y controlado por Ciudadanos. El PSOE andaluz ha llegado a enunciar esta posibilidad en voz alta (por boca de presidente del partido en Sevilla y de la diputación provincial, Fernando Rodríguez), lo que constituye un presagio de lo que defenderá Susana Díaz en el comité federal del sábado. También se ha sabido que Felipe González es partidario de que el PSOE se mantenga en la oposición, si hay que creer en lo que dijo el lunes durante un almuerzo con diplomáticos.

A esta posibilidad se opone abiertamente Pedro Sánchez, quien hoy mismo ha vuelto a dar un portazo rotundo a Rajoy, quien le había propuesto la paz autonómica y local a cambio de su apoyo en el gobierno central. De donde se desprende que el sábado puede haber un choque de trenes en Ferraz si Díaz, muy disminuida por sus recientes errores –la excesiva ambición es siempre mala consejera-, consigue arrastrar hacia sus tesis a algunos de los demás barones.

Si Pedro Sánchez mantiene su frontal negativa a la gran coalición, algo que parece hoy por hoy seguro, y gana el pulso en el seno del Comité Federal, el panorama se encrespará porque hay muchos socialistas que no transigirán con la perspectiva de que Pablo Iglesias entre el corral socialista. Pero si Sánchez va a la investidura, esta opción, que sería efímera, no puede descartarse.

Antonio Papell

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