• 'Es presumible que la ciudadanía reaccionase con una gran irritación ante la ineptitud e inoperancia de unos políticos'
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La decisión del presidente en funciones de no someterse a la inviable investidura que teóricamente le correspondía por haber ganado las elecciones debía estar preparada desde tiempo atrás ya que era suicida prestarse a una doble derrota y a la crítica acerba de todos sus adversarios sin obtener a cambio la menor rentabilidad; sin embargo, es probable que la negativa se reforzase al tener lugar la pintoresca rueda de prensa de Pablo Iglesias el mismo viernes, en que el arrogante líder de Podemos humilló a los mismos a quienes invitaba a formar gobierno de coalición.

La papeleta de Pedro Sánchez es complicada ya que su afirmación más comprometedora, choca con el chantaje de Podemos, que con claridad pretende laminar a su principal competidor en el espacio político de izquierdas.

En estas circunstancias, la papeleta de Pedro Sánchez es complicada ya que su afirmación más comprometedora, “los ciudadanos no entenderían que el PSOE y Podemos no llegaran a acuerdos”, choca con el chantaje de Podemos, que con claridad pretende laminar a su principal competidor en el espacio político de izquierdas.

Este miércoles, el Rey dará comienzo a una nueva ronda de entrevistas con los partidos parlamentarios, y, si no cambia la situación de fondo, es probable que Rajoy mantenga su postura y decline ser el primero que presente su propuesta de investidura. Pero no está ni mucho menos claro que Pedro Sánchez acepte el envite. De momento, ha dado a entender que está dispuesto a probar fortuna pero también ha mantenido su tesis de que Rajoy ha de acudir a la tribuna del Congreso en primer lugar, a menos que renuncie definitivamente a hacerlo. De cualquier modo, está fijada para el día 30 una reunión del comité federal del PSOE, que debería servir para fijar su posición.

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Si tampoco Sánchez acepta someterse a la investidura, el Rey deberá continuar con sus consultas, y para entonces es probable que entren en le debate las opciones que de momento no están en el tablero: posibles pactos entre los partidos bajo el liderazgo de otros candidatos. Una encuesta publicada este pasado domingo muestra que son más (49% frente a 44%) quienes consideran buena la solución de un pacto tripartito PP-PSOE-C’s con un líder distinto de Mariano Rajoy. Incluso los votantes del PP la aprueban con el 69% frente al 21%, y lo mismo hace el PSOE, con el 48% frente al 46%.

Sin embargo, no puede descartarse que el Rey no encuentre candidatos para la investidura en un tiempo prudencial, lo que produciría un inquietante bloqueo de la situación ya que el caso no está previsto constitucionalmente. El artículo 99 CE, que describe las consultas del jefe del Estado encaminadas a designar candidatos a encabezar el gobierno, concluye en estos términos: “Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso”. Pero ¿qué habrá de hacerse si el rey no encuentra candidato, y no llega a celebrarse por tanto votación de investidura alguna?

El Gobierno en funciones no puede, según el art. 21 de la Ley 50/1997, del Gobierno, “proponer al Rey la disolución de alguna de las Cámaras, o de las Cortes Generales”. Tampoco puede presentar proyectos de ley, por lo que no es posible remediar la carencia por esta vía… Habrá un penoso conflicto jurídico, que quizá sea necesario resolver mediante un dictamen el Tribunal Constitucional. Y en todo caso, es presumible que la ciudadanía reaccionase con una gran irritación ante la ineptitud e inoperancia de unos políticos que ni siquiera son capaces de asumir los roles mandatados por el electorado. Las dos grandes encuestas que se han publicado –una de Metroscopia para “El País” y otra del Instituto IMOP auspiciada por Llorente & Cuenca- sobre unas hipotéticas nuevas elecciones ofrecen resultados contradictorios. Tiempo habrá en todo caso de comentar este naufragio si llega a producirse. Hoy basta lamentar la escasa propensión a la negociación y al pacto de nuestro partidos, el contrario de lo que sucede en Europa y está en la esencia de la propia democracia.

Antonio Papell

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