- La candidata demócrata llega con las encuestas y la temática del debate a favor
- El republicano deberá hacer uso de su última bala si quiere tener alguna opción el 8 de noviembre
Las cartas se ponen boca arriba en el último debate presidencial. Hillary Clinton y Donald Trump se ven por última vez las caras en Las Vegas a 20 días de que electorado elija al nuevo presidente de los Estados Unidos. Ambos ya han medido sus fuerzas en dos ocasiones y, este jueves -en horario español-, les toca hacer la apuesta definitiva para lograr el respaldo de los estadounidenses.
La candidata demócrata llega con ventaja a esta última mano. Según la encuesta Bloomberg Politics, Clinton aventaja en nueve puntos a un Trump que se muestra más enrabietado que nunca. Tras salir del paso en el segundo debate de las acusaciones de acoso recibidas, un nuevo grupo de mujeres realizó nuevas declaraciones sobre el trato vejatorio del magnate, con lo que han añadido más leña al fuego electoral.
Otra polémica que ha puesto sobre la mesa el candidato republicano ha sido que las elecciones de EEUU “están amañadas”. Donald Trump ha acusado a los medios de comunicación y a su “mentirosa” rival de adulterar el proceso electoral. No contento con esta denuncia, el magnate ha criticado a los miembros republicanos de no denunciar este fraude.
Pero Donald Trump busca que su rival cometa un error en el momento decisivo de esta partida. La última reclamación ha sido “un control antidrogas” antes de entrar en el plató que se montará en la Universidad de Nevada, en Las Vegas. Parece que el candidato republicano busca llenar de nuevo este enfrentamiento de matices personales, más aún si se tiene en cuenta que en esta ocasión se debatirán temas que suelen debilitarle: la inmigración, la deuda pública, la Corte Suprema, la economía, la política exterior y la capacidad de cada candidato de servir como presidente.
Para Oscar Santamaría, analista político y director de Asesores de Comunicación, Trump tiene dos opciones: “Al no tener nada que perder, apostar todo a la carta que ha jugado todo este tiempo: ser agresivo y arrogante, lo que creo que le serviría de poco. O por el contrario, pensar en el día después de las elecciones y moderarse, aunque sea ligeramente, ante la cierta perspectiva de su derrota”, señala.
Pero Clinton también corre un riesgo: subestimar a su 'dañado' rival. Su posición actual en las encuestas le devuele a los niveles holgados de agosto, donde se situaba con ocho puntos de diferencia. Pero los capítulos precedentes han ofrecido a una candidata republicana que no ha sabido aprovechar las circunstancias para dar “el remate final” a Donald Trump.
La sensación es que Hillary Clinton tiene mejores cartas que Donald Trump en el último debate de Las Vegas
Para Cristina Crespo, directora de Investigación de Instituto Franklin y coautora del libro 'Hillary: El poder de la superación', considera que en este tercer debate la candidata republicana “debe pasar al ataque y buscar el golpe definitivo”.“Los temas que van a tratarse, sobre todo política exterior y economía, son los que mejor maneja”, señala.
Parece que Hillary Clinton tiene mejores cartas que Donald Trump. Como señala Oscar Santamaría, “el candidato republicano es flojo en economía y extremista en inmigración, y aunque en este asunto tiene su base de apoyo férreo, no parece que sea ampliamente mayoritario”, apuesta el analista.
HAGAN APUESTAS
El triunfador de este debate dará la sensación que ha ganado los tres. Para el politólogo Ignacio Martín-Granados, “tras un primer debate de tanteo y un segundo de polémica, el enfrentamiento de Las Vegas se convierte en el momento de jugarse la última bala”. Considera que “el espectáculo televisivo favorece siempre a Donald Trump”. Aunque matiza que la temática favorece a Clinton, señala que “es mejor gestora que candidata” y, por tanto, puede que no demuestre esta superioridad. Por ello, como prevé Santamaría, “Hillary usará un tono más presidencial al estar en la recta final de la campaña, por lo que no es extraño que apele a la unidad, incluso hacia el votante republicano”.
Ganar o perder se basa en convencer a los estadounidenses sobre quién tiene la mejor capacidad como candidato de servir como presidente. Para David Redolí, analista político, este hecho se basa en “las expectativas” y, en este caso, “hay grandes expectativas puestas en las aptitudes de Clinton y muy pocas en Trump”. En su opinión, eso sí, considera que “este debate no será decisivo, si no sucede nada atroz, porque 20 días en campaña es un mundo”.
EL PÚBLICO Y EL MODERADOR TAMBIÉN JUEGAN
El público estará formado exclusivamente por alumnos de la Universidad de Nevada en Las Vegas. Como en las dos ocasiones anteriores, y como ha ocurrido en todos los encuentros, los familiares de los candidatos y los asesores más cercanos también tendrán presencia en este escenario.
Chris Wallace, presentador del programa Fox News Sunday, será el encargado de moderar este debate. Un papel que en los dos encuentros anteriores ha sido motivo de disputa entre ambos bandos. Como apunta Redolí, “llega prevenido para que Trump no utilice sus estrategias de cambiar de tema e interrumpir a su rival”.
A las 9 de la noche hora local y 3 de la mañana hora española, ambos candidatos mostrarán por última vez sus cartas en público. De nuevo, Las Vegas tendrá que hacer valer la frase de que “La Casa Blanca siempre gana”.