Los españoles no confían en los planes de pensiones al desconocer cómo funcionan

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"Cuando la gente desconoce un sistema no confía sus ahorros en ese sistema". Son las palabras del presidente del Grupo Novaster, Diego Valero, durante un encuentro organizado por CNP Partners tratando el reto de las pensiones. El problema que tiene España, según él, no es tanto la sostenibilidad, sino el aumento de la población jubilada en el futuro dependiendo del mismo gasto por parte de la Seguridad Social.

"Muchos piensan que la Seguridad Social va a estar siempre ahí". Y a esto se suma la confusión que generan entre los españoles los productos de ahorro enfocados a esta etapa de la vida. "La gente no sabe que puede usar cualquier instrumento que permita ahorrar a largo plazo, no solo están los planes de pensiones", añade.

Entre los motivos que da por los que no funciona el ahorro en estos productos, señala la confusión entre concepto y producto, la deficiente transmisión de su utilidad y el diseño desenfocado de los incentivos.

La "falta de predisposición del consumidor a contratar productos finalistas" es otra razón que aporta el director de la unidad de negocio de ahorro y pensiones de CNP Partners, Juan José Velasco. Explica que actualmente "no tenemos herramientas precisas para conocer cuál será nuestra jubilación" y esto es algo "clave para la planificación". Entre lo que necesitamos conocer destaca: cuánto ahorrar y durante cuánto tiempo, cómo funciona el sistema de protección público, su evolución, de qué depende el importe de la pensión y cuál será su cuantía o en qué productos se puede invertir o ahorrar. Y todo esto "necesitamos conocerlo y revisarlo de manera regular, al menos, una vez al año".

POR QUÉ CUESTA AHORRAR

En España, "no hay voluntad" de carácter político, pero lo que hay que buscar es "sistemas que permitan que el ahorro no duela", dice Valero, que añade que, aunque es cierto que los salarios son bajos, "capacidad de ahorro tiene todo el mundo salvo quien esté en extrema pobreza". Lo que ocurre, según explica, es que la población solo va a ahorrar si se les obliga a ello, y nadie va a hacerlo si ve que el ahorro le hace estar es una situación de vida peor.

En relación a los productos enfocados a la jubilación, rechaza la idea de la incentivación fiscal, ya que esto "no hace que la gente ahorre más", sino que los que ya ahorran se muevan de un producto a otro. Además, cree que los españoles no se plantean el reservar dinero para después de la vida laboral debido a lo que él llama "trampas mentales".

Estas son: no nos vemos de mayores y no nos identificamos con nuestro yo de mayor y pesan más las emociones presentes que futuras. A esto suma el dejar todo para mañana, la inercia que lleva a no actuar y la aversión a la pérdida y la creencia de creer que antes se tenía más.