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Tesla da marcha atrás. El fabricante de vehículos eléctricos dirigida por Elon Musk ha anunciado este lunes que recula y vuelve a su estrategia inicial: no cerrará tantas tiendas físicas como anticipó y subirá los precios para compensarlo. Un 3%, concretamente. Un nuevo golpe de timón que, desde RBC, ven como una debilidad.
Desde esta firma de análisis recuerdan que "fuimos críticos con la decisión de cerrar las tiendas físicas puesto que ponía a los consumidores bajo la presión de comprar un vehículo sin haberlo probado antes".
Y ahora que los de Musk han decidido dar marcha atrás, lo ven como una debilidad: "Puede ser una señal de que no recibieron una reacción tan positiva en su demanda como la que esperaban". Finalmente, se refieren a la situación de los empleados de Tesla como complicada: "Habrá que ver lo comprometidos que están ahora tras estar en la cuerda floja y viendo que el peligro puede no haber pasado todavía".
Por su parte, los de Musk reaccionaron así a las críticas y el ambiente negativo que se ha apoderado de las oficinas de Tesla en las últimas semanas. Los empleados de la compañía llegaron a afirmar que "es como una morgue", en referencia al estado de ánimo que se respiraba entre las paredes de la fabricante con ambiciones de cambiar el mundo.
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El plan de Tesla era sencillo: centrarse en las ventas online que, de hecho, han experimentado un repunte en Estados Unidos, según el último dato de ventas minoristas.
Y el cierre de "muchas" tiendas físicas va acompañado de despidos. "Siempre que hay despidos nos enteramos en el mismo momento, es como una bofetada en la cara, deberían de notificarnos previamente porque somos los que estamos construyendo el imperio de Musk", ha llegado a afirmar un trabajador anónimo citado como fuente por 'Business Insider'.
Otro trabajador de Tesla llega aún más lejos y asegura que "normalmente hay buen ambiente, pero ahora parece una morgue". Unas palabras que significan todavía más viniendo de alguien de la fabricante.
Y es que sus empleados son conocidos especialmente por su compromiso, que llega a rozar lo enfermizo y obsesivo, contagiados sin duda por la pasión de Musk: "Trabajamos muy duro porque lo hacemos para algo más grande que nosotros, por Tesla y por su misión", no duda en afirmar otro de sus trabajadores.
La decisión de no cerrar prácticamente tiendas físicas la pagarán los consumidores. Y es que la fabricante sostiene que "como resultado (de no cerrar tantos establecimientos), necesitaremos subir los precios un 3% en todo el mundo". Un aumento que por el momento únicamente afectará a los modelos más caros del Model 3, S y X.
