Tesla ha anunciado la actualización del software de su Model S tras tres casos de incendios protagonizados por este coche. La compañía actúa así de forma preventiva después de que los vehículos estallaran en llamas de forma, a priori, inexplicable.
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El primer caso detectado tuvo lugar en la ciudad estadounidense de Pittsburg y, más tarde, se registraron otros casos en Shanghái y Hong Kong.
"Nuestro equipo ha estado presente en todo momento para ofrecer soporte al dueño del coche y clarificar los hechos del incidente", ha afirmado la fabricante tras el último caso de incendio. Además, subrayan que "hemos detectado algunos módulos de la batería afectados mientras el resto estaba intacto".
Por ello, la compañía está llevando estas actualizaciones de software, tanto en los Model S (los únicos afectados hasta el momento) como en los Model X.
Unos casos que contrastan con una de las máximas que defienden en la compañía: sus coches son 10 veces menos propensos a incendiarse que un vehículo alimentado por combustible.
Hasta el momento, los datos parecen respaldar la afirmación de Tesla. Por ejemplo, Audi se vio obligada a retirar aproximadamente 75.000 coches entre 2016 y 2018 por protagonizar casos de combustión instantánea.
