MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La compañía automovilística Seat ha sido condenada por el Tribunal Supremo a pagar 500 euros a una clienta española por el caso del software que alteraba las emisiones de algunos vehículos diésel del grupo Volkswagen cuando estaban siendo objeto de pruebas de laboratorio.
Así ha resuelto la Sala de lo Civil de dicho tribunal el recurso de casación presentado por la compradora de un Seat Ibiza, después de que la Audiencia Provincial condenase al concesionario vendedor del coche a indemnizar a la demandante en 500 euros por daños morales, pero absolviese al fabricante, ya que la compradora solo tuvo relación contractual con el concesionario.
El Tribunal Supremo ha estimado el recurso de la demandante y ha condenado también al fabricante, de forma solidaria con el vendedor, a pagar a la clienta dicha indemnización, sin perjuicio de las acciones que dicho concesionario pueda ejercitar contra el fabricante.
"Si el automóvil no reúne las características con las que fue ofertado, respecto del comprador final existe un incumplimiento tanto del vendedor directo como del fabricante que lo puso en el mercado y lo publicitó", ha subrayado el Supremo.
Por estas razones, el tribunal ha asegurado que no se debe limitar la responsabilidad por los daños y perjuicios al distribuidor que vende directamente el modelo.
"La compradora también puede dirigir contra el fabricante la acción de reclamación de daños y perjuicios derivados del incumplimiento contractual consistente en que el vehículo no reunía las características, en cuanto a emisiones contaminantes, con las que fue ofertado, sin que el fabricante del vehículo pueda excusarse por el hecho de que el motor fue fabricado por otra empresa del grupo, concretamente por Volkswagen", ha destacado el Supremo.
Fuentes de la compañía automovilística consultadas por Europa Press han desestimado opinar sobre la sentencia, ya que han recordado que Seat no realiza comentarios sobre las resoluciones judiciales.
En 2015 fue cuando salieron a la luz los primeros casos de vehículos del grupo Volkswagen que habían sido manipulados para registrar menos emisiones durante las pruebas de laboratorio. Se estima que 11 millones de coches estuvieron afectados en todo el mundo, de los cuales unas 800.000 unidades se vendieron en España.