VIGO, 13 (EUROPA PRESS)
El Grupo PSA ha repartido 80.000 mascarillas y 5.000 pantallas faciales entre los 1.600 empleados que han retomado la producción de vehículos en las dos líneas de montaje de la planta de Vigo este miércoles.
Fuentes de la empresa han precisado que también se han entregado 5.000 botes de gel hidroalcohólico de uso personal, 3.000 gafas y 4.500 dípticos informativos con las normas de seguridad que se deben respetar en el marco de la reactivación de la actividad, que se ha realizado con el turno A.
De este modo, el sistema 1 ha reanudado la producción de los modelos Peugeot 2008, Peugeot 301 y Citroën Elysée; mientras que la línea 2 ha comenzado a trabajar en el ensamblaje de Peugeot Rifter/Partner, Citroën Berlingo, Opel/Vauxhall Combo, Toyota Proace City, Citroën C4 Space Tourer y Citroën Grand C4 Space Tourer.
Precisamente, tras la suspensión de la actividad motivada por la crisis sanitaria derivada de la propagación de la COVID-19, este lunes se reincorporaron 400 empleados para preparar las líneas de producción mediante el rellenado de encursos en los talleres de embutición, ferraje (soldadura) y pintura.
PROTOCOLO DE SEGURIDAD
Asimismo, la próxima semana el equipo B se reincorporará a la fábrica, donde trabajará en las dos líneas en el turno de mañana de acuerdo con la rotación semanal habitual. También se espera que las próximas semanas se puedan reactivar nuevos turnos de trabajo en función de la demanda registrada.
El director de la fábrica, Ignacio Bueno, ha puesto en valor el trabajo realizado para elaborar el protocolo de medidas de seguridad puesto en marcha con la vuelta al trabajo y que fue acordado con la mayor parte de los sindicatos, aunque rechazado por CUT y CIG.
En este sentido, ha subrayado la importancia de que las personas con síntomas de coronavirus no acudan al trabajo y ha recordado que se controlará la temperatura de los empleados cuando accedan a la planta, así como que se intensificarán las labores de limpieza de las instalaciones.
En esta línea, Ignacio Bueno ha avanzado que esta nueva etapa estará marcada por la salud pública y la reactivación económica y ha incidido en que el reinicio de la producción se realiza de "de forma gradual y segura".
En concreto, la empresa tramitó un ERTE por fuerza mayor que entró en vigor con la suspensión de la producción y que se vinculó al estado de alarma. Además, acordó con la mayor parte de la representación sindical aplicar un ERTE por causas organizativas y de producción, con vigencia hasta final de año, que afectará a la plantilla indefinida.