A partir de noviembre, el Ayuntamiento de Madrid prohíbe el acceso al centro de la capital de los vehículos más contaminantes. Es decir, solo podrán circular los coches de residentes y visitantes autorizados, además de bicicletas, motos y repartidores. Una medida que sigue la estela de otras ciudades europeas y que busca reducir los niveles de polución.
¿Qué condiciones hay que tener entonces para poder acceder a la zona centro? Lo primero es tener un vehículo que muestre la etiqueta de Cero Emisiones o ECO, principalmente coches eléctricos o híbridos. Fuera de esto, todos los automóviles diésel o gasolina tendrán que utilizar los parkings privados cuando se acerquen a la almendra central madrileña.
Pero existe otra opción posible: convertir nuestro coche de gasolina a gas, un cambio cuyo coste se sitúa entre los 2.000 y los 3.000 euros. Si el vehículo es diésel, el coste aumenta. El precio también varía en función del tipo y modelo de coche, ya que no es lo mismo un coche utilitario que uno de alta gama. La transformación tarda como mucho una semana.
Otra ventaja de tener un automóvil que funcione por gas licuado es el coste al repostar. Ronda los 0,70 euros el litro, frente al alto precio de la gasolina y el diésel, que ha marcado máximos en los últimos días.
De todas formas, puede ser que llevar a cabo este cambio en nuestro coche no nos convenza del todo pero tampoco queremos renunciar a circular por el centro de la capital. La opción que queda entonces es renovar el automóvil. Si en esta compra queremos gastar lo menos posible, en España existe una plataforma que nos ayuda.
La startup madrileña Carfy.es funciona mediante un método de búsqueda a través del que compara de forma totalmente innovadora el sector de la automoción. Desde su nacimiento el año pasado, ha conseguido de media un ahorro de 4.500 euros a sus clientes en la compra de sus coches nuevos en España.