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NIO.
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15 años. Es lo que le costó a Tesla acumular más de 5.000 millones de pérdidas. NIO, su gran competidor en China y apadrinado por el coloso Tencent, ha tardado cuatro. Y la hemorragia de su balance continúa. En su segundo trimestre ha perdido 4 millones de dólares. Al día.

Exceso de costes. Ventas débiles. NIO ha perdido un 74% de valor de mercado en los últimos 12 meses. ¿Existe una burbuja del coche eléctrico en China que está a punto de estallar?

"Este y los próximos años va a haber muchas de estas fabricantes que pinchen", alerta Siyi Mi, analista de 'BloombergNEF'. "Antes, el capital riesgo se peleaba por ellas, pero esos tiempos han quedado muy atrás", apostilla. China es la cuna del coche eléctrico. La mitad de estos vehículos fabricados en todo el mundo se vende dentro del gigante asiático.

Pero las ventas empiezan a flojear. El Gobierno del país ha reducido los subsidios a la compra de coches eléctricos. Y el mercado lo nota. Las ayudas fueron aprobadas por China de forma paulatina. Desde 2017. Precisamente para evitar caer en una burbuja.

¿Es China la protagonista de una gran tragedia griega y, tratando de evitar su sino, está dirigiéndose con más ahínco hacia sus redes? NIO lucha por sobrevivir. Ha anunciado una reducción del 17% de su plantilla. 7.500 despidos. Y luego están los coches. La compañía tuvo que retirar más de 4.000 modelos por problemas con sus baterías. Un 20% de todos sus coches vendidos hasta el momento.

NIO sigue buscando dinero. Tencent ha invertido otros 100 millones en ella este mismo mes. "No le durará mucho", asegura Bill Russo, fundador y CEO de Automobility Shanghai a 'Bloomberg'. A estos se suman otros 10.000 millones de yuanes que espera del vehículo inversor respaldado por el gobierno de Pekín. Y luego está Tesla.

Los de Elon Musk iniciarán su producción en China a finales de este año. Un movimiento con el que podrán reducir el precio de sus coches vendidos en el gigante asiático al ahorrarse los gastos de importación y la incertidumbre arancelaria de la guerra comercial. "NIO no se posicionó bien desde un primer momento y su futuro pinta mal a largo plazo", reconoce Yale Zhang, fundador y CEO de la consultora AutoForesight.

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