MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
Las nuevas normativas medioambientales motivarán la incorporación en los automóviles de un mayor contenido tecnológico y de nuevos sistemas de propulsión (eléctricos, híbridos o híbridos enchufables), lo que provocará un encarecimiento de los mismos y esto repercutirá en la demanda del mercado.
Así se desprende del Informe Trimestral de la Economía Española realizado por el Banco de España, que pone de manifiesto que las modificaciones regulatorias y los cambios tecnológicos podrían conllevar aumentos de precios en los vehículos, lo que afectaría a la demanda de automóviles.
Así, destaca que la necesidad de incorporar tecnologías que reduzcan las emisiones, para cumplir con los nuevos estándares, motivaría una mayor inversión tecnológica por parte de los fabricantes, generando "una fuente de presión al alza sobre el precio de los automóviles nuevos".
Por otro lado, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos apunta que otro de los factores que podría hacer que continuase la debilidad de las matriculaciones de automóviles en España sería la falta de asentamiento de un paradigma tecnológico que reemplace al basado en el motor de combustión, que, según el estudio, "está dando algunas señales de posible agotamiento", después de estar vigente durante un siglo.
El informe indica que, tras los aumentos de ventas entre 2016 y 2018, el mercado automovilístico español empezó a mostrar un comportamiento "notablemente más desfavorable" como consecuencia de la incertidumbre generada en torno al diésel, por el agotamiento de la demanda embalsada durante la crisis, por la desaceleración económica y por la entrada en vigor del nuevo ciclo de homologación europeo WLTP.
Así, apunta que esta incertidumbre en el sector del automóvil puede tener un carácter transitorio que se disiparía cuando los agentes de esta industria y los clientes internalicen completamente los cambios normativos.
En caso de que esto sucediera, el documento del Banco de España asegura que las matriculaciones de automóviles podrían recuperar "un mayor dinamismo en el futuro", ya que, según indicadores de opinión de la Comisión Europea, los consumidores no han cambiado su intención de comprar un automóvil nuevo.