Vacaciones, sol, playa... todo parece perfecto. Pero mucho cuidado, el verano es una época muy exigente para la carrocería de tu coche. Estos son cinco consejos que harán que tu vehículo pase sin peligros esta temporada veraniega y no te hagan acudir al taller cuando vuelva el mal tiempo.
1. Protege el coche del sol: si tú te echas crema y te proteges contra la radiación solar ¿por qué no hacerlo también con tu coche? Por supuesto no tienes que untarle crema a él también, pero existen otras maneras de evitar el daño de los rayos UV. Aparca siempre que puedas en interiores o a la sombra y, si no fuera posible, cubre el vehículo con una lona. El interior de tu coche puede llegar a superar los 55 grados centígrados tras una hora bajo el sol, algo que genera desperfectos en la batería y resulta peligroso al volver a retomar el viaje.
2. Cuidado con la playa: tumbarse en la arena de la playa es algo a lo que todos aspiramos en algún momento de nuestras vacaciones. Si tienes la suerte de cumplir este placer, ten mucho cuidado de vuelta al coche, el mínimo roce con la carrocería puede rayarla. Además, el ambiente húmedo de las zonas costeras, sumado a la salinidad de la arena del mar, puede provocar corrosiones en tu coche que pueden extenderse.
3. Limpia mosquitos y deposiciones de pájaros cuanto antes: algo que deberías hacer todo el año y no solo por una cuestión estética y de limpieza. Este tipo de manchas se secan más rápido en épocas de más calor provocando que sea muy complicado llegar a eliminarlas. En casos extremos, su limpieza puede llegar a levantar la pintura y generar un problema de óxido en la carrocería.
4. Refresca el coche: un bañito de agua fría nunca sienta mal en los días más calurosos. Y a tu coche tampoco. Intenta pegarle un 'manguerazo' o lavarlo con frecuencia (una vez a la semana), evitando las horas de mayores temperaturas y secarlo al sol. Además, el lavado manual siempre será más respetuoso con la carrocería que el automático.
5. Repara golpes e imperfecciones: otra decisión que no debería depender de la época del año. Sin embargo, con temperaturas altas, cualquier grieta, golpe o arañazo, por ligero que sea, puede generar nuevos problemas de erosión con potencial de extenderse a otras partes de la carrocería.
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