New York Stock Exchange, markets, traders, USA, stocks, shares. Photo: MarineCorps New York

Wall Street se enfrenta a una nueva crisis, pero en este caso no es económica ni financiera, es ética. Según un estudio, una cuarta parte de los empleados están dispuestos a realizar operaciones ilegales para ganar dinero y un tercio ha observado alguna operación irregular después de la crisis financiera de 2008.

La encuesta, publicada por CNN Expansión, ha sido realizada en Nueva York y Londres por la Universidad de Notre Dame y el despacho de abogados Labaton Sucharow.

"Estamos particularmente consternados por los estándares éticos de los empleados más jóvenes en la industria"

El estudio revela que más de un tercio de los trabajadores con ingresos superiores a 500.000 dólares señalaron que han presenciado alguna irregularidad o han tenido conocimiento de primera mano. Además, casi la mitad de los trabajadores financieros consultados consideran “probable” que sus competidores hayan hecho algo ilegal o inmoral para obtener una ventaja en sus negocios. “Tememos que la industria no ha aprendido”, lamenta el informe.

“Estamos particularmente consternados por los estándares éticos de los empleados más jóvenes en la industria”, indica el informe. En este sentido, un 32% de los empleados con menos de una década en el sector financiero reconocen que emplearían información privilegiada para ganar 10 millones de dólares si supieran que no van a ser detenidos.

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POCOS AVANCES DESDE 2008

Estas encuestas comenzaron a realizar en 2012 para medir si la ética de Wall Street había experimentado alguna mejora después de la crisis financiera. Desde entonces, se han impuesto nuevas leyes y reglamentos para frenar las irregularidades en el mercado.

"Sin un plan agresivo para acabar con la falta de ética, simplemente estamos sentados y esperando para que otro desastre financiero golpee"

Uno de los mayores cambios que se han producido desde 2008 es la introducción del programa de informantes, según el cual parte del persona denuncia irregularidades dentro de sus empresas. Los informantes pueden llegar a ganar millones de dólares en recompensas, aunque la encuesta reveló que un 37% no saben que este programa existe.

Wall Street ha presionado contra estas leyes. El presidente ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, llegó a decir que las entidades financieras están “bajo ataque” de los reguladores.

Los bancos también han introducido cláusulas de confidencialidad más estrictas para prohibir a los empleados que difundan cualquier información fuera de la entidad. Se estima que uno de cada cuatro banqueros han firmado acuerdos que les impiden informar a los reguladores sobre actividades ilegales o poco éticas.

“Sin un plan agresivo para acabar con la falta de ética, simplemente estamos sentados y esperando para que otro desastre financiero golpee”, advierte el informe.

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