- Jerome Powell acaba de jurar el cargo como nuevo presidente de la Reserva Federal
- Su predecesora, Janet Yellen, considera "altas", pero no muy altas, las valoraciones bursátiles
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La primera, en toda la frente. Pocas horas después de jurar su cargo como nuevo presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell se encuentra con la mayor caída del Dow Jones desde 2011. O lo que es lo mismo, ha probado ya las hieles que jamás degustó su predecesora, Janet Yellen, en sus cuatro años al frente del banco central de Estados Unidos.
Tener que remontarse hasta 2011 para encontrar un descenso mayor no supone una mera anécdota. Entonces, la Fed estaba presidida por el predecesor de Yellen, Ben Bernanke; entonces, los tipos de interés estaban en el 0-0,25%; entonces, la entidad sólo había descargado dos de los tres programas de expansion cuantitativa (el QE1 y el QE 2; el QE3 no llegaría hasta 2012) que ejecutó para reactivar el crecimiento; y entonces, la Eurozona estaba padeciendo la denominada crisis de la deuda soberana, con el Banco Central Europeo (BCE) empezando a comprar deuda pública española e italiana esa misma semana en el mercado secundario para contener las primas de riesgo de ambos países. Casi nada. Tras la marcha de Yellen, de aquella Fed sólo queda una persona, el presidente de la delegación de Chicago, Charles Evans.
Pues bien, con todo eso es con lo que Powell se ha encontrado en su primer día en la oficina. Tras un viernes de fuertes pérdidas, los 'números rojos' han teñido aún con más fuerza este lunes la Bolsa de Nueva York. El Dow Jones ha caído un 4,61%, su mayor caída en seis años y medio, para entregar la cota de los 25.000 puntos. En la sesión, el índice ha llegado a perder más de 1.500 puntos (su mayor pérdida de puntos en un día) y ceder más de un 6%, hasta perder los 24.000 puntos. Al final, un desplome diario de 1.200 puntos, el mayor de siempre, pero es que, claro, jamás el índice había alcanzado estas cotas de 25.000 o 26.000 puntos. El Dow Jones pierde así todas las ganancias de 2018 tras caer un 7% en apenas dos sesiones.
El viernes 26 de enero, Wall Street marcaba sus últimos máximos históricos. Entonces, el Dow Jones acumulaba una subida mensual superior al 7%. En esta sesión, y tras haber llegado a perder más de un 6% y marcar mínimos intradía de 23.923 puntos, el Dow Jones pierde ahora un 1,53% en 2018.
Mientras tanto, el S&P 500 ha cerrado con una caída del 4,1%, su mayor caída desde agosto de 2011. Desde los máximos de enero, el índice ha perdido un 7,7% y pierde lo ganado en 2018 (-0,3%). El Nasdaq, por su parte, ha cedido un 3,78%, una cifra que no perdía desde junio de 2016. En lo que va de año, apenas mantiene una revalorización del 0,93%.
El viernes pasado, la Bolsa de Nueva York cerró ya su peor semana en dos años, tras caer un 4% de media. La corrección de Wall Street la pasada semana es totalmente 'normal' desde el punto de vista técnico, aunque la caída del 7% del S&P 500 desde su máximo histórico está poniendo nerviosos a los operadores. Por ejemplo, el índice VIX de volatilidad repuntó un 62% la semana pasada, por encima de 18 puntos, y se ha disparado hasta niveles de 2015.
PRESIONES INFLACIONISTAS
La 'excusa' fundamental para explicar este comportamiento de la renta variable es el temor del mercado a que la situación ideal ('goldilocks') en la que se encuentra inmersa la economía estadounidense pueda terminar en algún momento de 2018. Las bolsas han subido de manera constante en los últimos meses en un escenario de crecimiento económico y baja inflación, en el que los bancos centrales han comenzado a retirar sus estímulos de manera ordenada y gradual.
Pero las presiones inflacionistas están comenzando a hacerse patentes, como el repunte del petróleo en los últimos meses o la subida de los salarios reflejada en el Informe de Empleo de enero, publicado este viernes en EEUU. Con la economía en situación de pleno empleo y el impulso al crecimiento que tendrá la reforma fiscal de Trump, el temor es que la Reserva Federal (Fed) se vea obligada a un endurecimiento monetario mayor de lo esperado.
LOS RETOS DE POWELL
Con este contexto y la mayor caída bursátil desde 2011, Powell ha asumido las riendas del organismo con muchos retos por delante. El primero de ellos es seguir normalizando la política monetaria (aumentar los intereses y reducir el balance de la institución) sin que ello afecte al actual ciclo económico, que se encuentra en una fase muy madura y es el tercero más largo de la historia de EEUU.
No lo tendrá fácil. Su mandato comienza con un periodo agitado en el mercado de deuda pública, ya que la rentabilidad del bono americano a 10 años ha repuntado un 16% desde principios de año, hasta el 2,88%. El mercado anticipa que la Fed subirá los intereses tres veces este año, la primera de ellas el próximo 21 de marzo. Será en esa reunión cuando Powell celebre su primera rueda de prensa y envíe sus primeros mensajes al mercado.
Su predecesora en el cargo se ha mostrado un tanto "decepcionada" por no haber seguido al frente de la Fed, aunque ha dado su apoyo a Powell. También ha señalado que las valoraciones bursátiles son "elevadas" pero no muy elevadas, al mismo tiempo que ha considerado un "error" reducir la regulación al sector financiero. En su opinión, la "alta valoración de los activos es una fuente de preocupación".
En la actualidad económica, el ISM del sector servicios de enero, muy importante porque supone dos terceras partes de la economía americana, ha superado ampliamente las previsiones, al repuntar hasta 59,9 desde 56,0, muy por encima del 56,5 esperado.
RESULTADOS EMPRESARIALES
A nivel corporativo, Wells Fargo ha sido el protagonista negativo al desplomarse un 9,7%, después de que el banco haya confirmado que las sanciones impuestas por la Fed, relacionadas con la apertura de cuentas sin permiso de los clientes, recortará su beneficio anual en unos 400 millones de dólares.
Además, el fabricante de chips Broadcom ha elevado su oferta para comprar su competidor Qualcomm hasta 82 dólares por acción desde los anteriores 72 dólares. En total, la operación está valorada en $121.000 millones.
En el Dow Jones, ninguno de sus valores ha cerrado en positivo. Apple (-1,95%) e Intel (-2,74%) han sido los menos dañados por las pérdidas. Por el contrario, los más bajistas han sido la petrolera Exxon Mobil (-5,41%), 3M (-5,26%), Boeing (-5,19%) y Home Depot (-5,15%).
En el capítulo de resultados empresariales, esta semana será el turno para empresas como Walt Disney y General Motors (martes), Tesla Motors (miércoles) y Twitter (jueves). Hasta el momento, han presentado sus cuentas 251 compañías del S&P 500, que han mejorado de media un 13,6% su beneficio por acción (BPA), por encima de la previsión del consenso del 11%.
OTROS MERCADOS
En el mercado de divisas, tras los máximos del euro desde 2014 marcados el pasado 25 de enero en 1,2536 dólares, la moneda europea se deprecia un 0,57%, hasta $1,2388. Los analistas técnicos de 'Bolsamanía' consideran que el euro tiene una fuerte resistencia en 1,26 dólares.
En el mercado de materias primas, el petróleo West Texas cae un 2,55%, hasta $63,78, mientras el crudo Brent cede un 1,75%, hasta $67,31, tras marcar el pasado 25 de enero máximos desde diciembre de 2014 en 71,28 dólares. Y la onza de oro sube un 0,2%, hasta 1.340 dólares, tras registrar máximos desde 2016 en 1.370 dólares también el pasado 25 de enero.
Por análisis técnico, tras el hueco bajista dibujado por los índices neoyorquinos el pasado martes en Wall Street, José María Rodríguez, analista de 'Bolsamanía', comenta que los índices neoyorquinos han dado su primera señal de debilidad semanal en mucho tiempo. "Hemos entrado en fase correctiva tras meses y meses de continuadas subidas sin apenas descansos", afirma este experto.