- Según cálculos de Wells Fargo, es la mayor orden de compra de la historia
Desde octubre, Wall Street ha visto evaporarse las ganancias que había cosechado durante los primeros nueve meses del año. En los tres últimos meses, el S&P 500 ha caído casi un 20%. Sin embargo, desde la mañana de Nochebuena hasta el miércoles, logró rebotar un 5% y sorprendió a los analistas, que ya daban por olvidado el esperado rally de Navidad. En ese rebote, mucho tuvo que ver el fondo de reserva de la Seguridad Social de EEUU, que habría dado la mayor orden de compra de acciones de la historia y empujó al mercado.
Según cuenta el blog ZeroHedge, el fondo de reserva de la Seguridad Social de EEUU necesitaría realizar un gran rebalanceo de su cartera, pasando posiciones de bonos a acciones. De hecho, según cálculos del banco Wells Fargo, la orden de compra sobre acciones sería la mayor de la historia, estimada en torno a los 64.000 millones de dólares.
Esta orden se habría ejecutado durante los últimos días y fue precipitada por la gran divergencia de rentabilidad entre las acciones y los bonos en la cartera del fondo público en el último trimestre y, particularmente, en diciembre. Mientras que las acciones del fondo cayeron un 14% en el trimestre, incluida la pérdida del 8,5% en diciembre, el retorno de los bonos americanos fue positivo en el trimestre, del 1,6%.
Este fondo de reserva tiene predefinida la asignación de activos de su cartera. Debe tener un 55% de su patrimonio en bolsa (un 30% en grandes compañías americanas y un 10% en pequeñas empresas estadounidenses, así como un 10% en compañías de países desarrollados y otro 5% en empresas de mercados emergentes) y un 40% en deuda americana de todo tipo. El resto es liquidez y otros activos alternativos.
Con la pérdida de valor de las acciones y la ganancia de los bonos en los últimos meses, su cartera se habría visto descompensada. Por eso, sus gestores tendrían que haber vuelto a nivelar la asignación inicial. Los cálculos de Wells Fargo apuntaban que el fondo tendría que comprar 64.000 millones en acciones y vender 57.000 millones en bonos. Fruto de esta proyección, Wall Street se animó y anticipó los efectos de esta gran compra de acciones en masa.