• La volatilidad y las correcciones serán más habituales que en 2017
  • La inflación, la retirada de estímulos y el proteccionismo son los principales riesgos
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El 9 de marzo de 2009, el S&P 500 marcó un mínimo en 666 puntos, un número 'diabólico' que, sin embargo, sirvió para que el principal indicador bursátil estadounidense formase un suelo en los peores momentos de la gran crisis financiera que azotó los mercados hace ya casi una década.

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Nueve años después, los inversores se preguntan qué puede pasar con el tercer mercado alcista más longevo en la historia de la Bolsa de Nueva York, sólo por detrás del ciclo de 1947 a 1961 y del que nació en 1990 y terminó en 2000 con el estallido de la burbuja 'punto.com' (y que podría superar el próximo mes de junio). Los ciclos alcistas en la Bolsa de Nueva York duran de media 3 años y 3 meses.

En cuanto a rentabilidad, el ciclo actual es el cuarto más rentable de la historia para la renta variable estadounidense. El S&P 500 (2.772 puntos) se ha revalorizado un 316% en los últimos nueve años, el doble que la revalorización media del 153% que arrojan todos los mercados alcistas de la historia.

En los años 20 del siglo XX, el Dow Jones se revalorizó un 500% en apenas ocho meses, aunque luego llegó la Gran Depresión. En los años 90, el Dow Jones se revalorizó un 395%. El tercero más rentable fue el de 1947 a 1961, cuando el Dow Jones subió un 350%.

El sólido crecimiento económico previsto para 2018 y 2019 refuerza la idea de que los buenos tiempos no han terminado. Pero la retirada de estímulos de los bancos centrales, junto al aumento de las presiones inflacionistas y el miedo al proteccionismo, anticipan que las bolsas no lo tendrán tan fácil para seguir subiendo como en los últimos meses.

RIESGO BAJO DE RECESIÓN

Según Standard & Poor's, el riesgo de una recesión en los próximos doce meses es muy bajo y se ha reducido hasta 10%-15% desde el anterior 15%-20%

Las claves que manejan los expertos para establecer las posibilidades de que comience un mercado bajista en Wall Street son varias. En primer lugar, y más importante, la probabilidad de que Estados Unidos entre en recesión, tras casi una década de expansión económica.

Según Standard & Poor's, el riesgo de una recesión en los próximos doce meses es muy bajo y se ha reducido hasta el 10%-15% desde el anterior 15%-20%. Su economista jefe en EEUU, Beth Ann Bovino, añade que "los datos de los indicadores líderes muestran que la expansión está cerca de aproximarse a su ciclo final", aunque "esto no significa que una recesión esté en el horizonte porque los datos no muestran un sobrecalentamiento".

“Estamos seguros de que la actual expansión (económica), que dura ya 105 meses, superará a la segunda más larga" (106 meses en los años 60) tras la segunda Guerra Mundial y "hay una buena oportunidad de que se convierta en la más larga, superando los 120 meses registrados entre 1991 y 2001. Salvo un shock, esta expansión tiene poder de permanencia", ha comentado Beth Ann Bovino.

AUMENTO DE LA VOLATILIDAD

Los expertos de Credit Suisse esperan que el mercado alcista continúe en 2018 y que el S&P 500 cierre el ejercicio en 3.000 puntos, un 10% por encima del precio actual. Uno de los factores que más destacan es el reciente aumento de la volatilidad, sobre todo tras un 2017 que tan sólo registró movimientos superiores al 1% en los índices neoyorquinos en 8 ocasiones, muy por debajo de la media de 67 ocasiones desde 2009.

En lo que va de año, se han registrado ya 14 sesiones con movimientos superiores al 1%, algo que encaja más con la media de los últimos años. Y el índice VIX de volatilidad se ha situado entre 10 y 20 puntos (aunque llegó a dispararse una sesión hasta 50), lo que también se sitúa dentro de los parámetros históricos.

SIETE INDICADORES DE UNA RECESIÓN

La recuperación es una de las más largas de la historia, pero también la más lenta, lo que naturalmente extiende el ciclo económico

Para Credit Suisse, hay siete indicadores que anticipan el inicio de una recesión, y todos ellos muestran un comportamiento positivo actualmente. Se trata de la curva de rendimiento de los bonos, la tendencia de la inflación, el mercado laboral, el crédito bancario, el ISM manufacturero, la calidad de los beneficios empresariales y el mercado inmobiliario.

El banco suizo comenta que “la recuperación es una de las más largas de la historia, pero también la más lenta, lo que naturalmente extiende el ciclo económico”. El mercado inmobiliario sigue recuperándose gradualmente, la evolución del crédito indica “estrés limitado” en la economía y el mercado laboral sigue creando empleo.

Una de las señales de alarma en las últimas semana ha sido la aceleración del crecimiento de los salarios hasta el 2,9% interanual. El banco suizo reconoce que este es uno de los indicadores a vigilar, porque la inflación salarial suele preceder a las recesiones, pero al mismo tiempo comenta que la inflación subyacente de EEUU se ha mantenido “relativamente estable desde 2013”.

LOS RENDIMIENTOS DE LOS BONOS

La previsión de un mayor crecimiento económico en EEUU, cercano al 3% para 2018, ha provocado también un repunte en los rendimientos de los bonos del Tesoro, tanto a medio como a largo plazo. Aquí también entra en juego el hecho de que la Fed haya comenzado a reducir el tamaño de su balance.

El consenso considera que cuando el rendimiento del bono a 2 años supera al rendimiento del bono a 10 años, se produce la señal que anticipa una recesión en los próximos seis meses. En la actualidad, la rentabilidad del bono a 10 años ha subido hasta el 2,84%, mientras la rentabilidad del bono a 2 años se ha disparado hasta el 2,24%.

Un diferencial de tan sólo 60 puntos básicos pero que todavía no anticipa un riesgo de recesión inminente en EEUU. La previsión de Credit Suisse es que este diferencial se estreche hasta 40 puntos básicos (2,54% en el 2 años frente al 2,95% en el 10 años) a finales de año. No obstante, la rentabilidad media de las bolsas cuando el diferencial está entre 0 y 100 puntos básicos es del 13%.

RECOMPRA DE ACCIONES

Desde JPMorgan Chase, destacan otro factor que apoyará a las bolsas estadounidenses en 2018: las recompras de acciones alcanzarán un “nuevo récord 800.000 millones de dólares”, ya que las empresas buscarán aumentar sus beneficios y podrán repatriar grandes cantidades de efectivo tras la reforma fiscal en EEUU.

Con una actividad de recompra persistente y sistemática, recomendamos a los inversores que compren en las correcciones, cuando suelen hacerlo las propias empresas

La cifra es aún más relevante si tenemos en cuenta que las recompras de acciones en 2017 supusieron alrededor de 530.000 millones de dólares. JPMorgan calcula que las corporaciones dispondrán de $100.000 millones por la rebaja del impuesto de sociedades y el crecimiento de los beneficios y $200.000 millones por la repatriación de efectivo.

“Con una actividad de recompra persistente y sistemática, recomendamos a los inversores que compren en las correcciones, cuando suelen hacerlo las propias empresas”, afirman estos expertos.

JPMorgan añade que “seguimos siendo constructivos con las acciones”, debido a que Wall Street cotiza ahora a un múltiplo de 15,4 veces en relación a las ganancias esperadas para 2019. Estos analistas comentan que los sectores con mayores recompras de acciones, como la Tecnología, se comportan mejor que el conjunto del mercado durante las correcciones. “Esto explica el comportamiento positivo de la Tecnología durante el mes de febrero”, afirman.

Así que las opciones del actual mercado alcista para continuar durante 2018 son bastante elevadas, pese a que podamos asistir a episodios de volatilidad como el registrado a principios de febrero. En apenas una semana, Wall Street cayó más del 10% y metió el miedo en el cuerpo a los inversores.

Pero las previsiones para los próximos meses son positivas. Como dicen los expertos de Natixis Asset Management, “el caos de febrero no ha cambiado nuestra previsión. Las bolsas mundiales pueden subir más gracias a una sólida economía mundial y a la previsión de beneficios, aunque la expansión del ratio precio/beneficio será limitada. Para ser claros, nuestra preferencia por activos de riesgo sigue dependiendo totalmente del crecimiento global continuado”.

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