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El 'Supermartes' ha dejado claro lo que era un secreto a voces: la carrera hacia la Casa Blanca será un nuevo cara a cara entre Joe Biden y Donald Trump. Y el escenario político que se presenta hasta que se celebren las elecciones en noviembre puede ser muy positivo para las Bolsas... aunque no se deben olvidar algunos riesgos latentes en el país.

A pesar de que todavía es demasiado pronto para predecir el resultado de los comicios, ésta debería ser una campaña electoral relativamente tranquila, ya que ambos candidatos han ocupado anteriormente la presidencia.

"Ambos candidatos querrán una economía fuerte, lo que también suele ser bueno para los mercados", explica Charlotte Daughtrey, especialista en inversión de renta variable de Federated Hermes.

En este sentido, la experta destaca que la economía estadounidense ha seguido mostrando su resistencia, el índice S&P 500 continúa alcanzando nuevos máximos y los últimos datos de empleo sugieren que el mercado laboral está funcionando en línea con las expectativas de la Reserva Federal.

"En su discurso ante el Congreso, Powell señaló que 'probablemente sería apropiado comenzar a reducir la política monetaria en algún momento de este año', lo que debería tranquilizar al mercado", remarca Daughtrey.

Además, el titular de la Fed ha advertido que flexibilizar la política monetaria demasiado pronto o demasiado "podría dar lugar a una reversión de los avances que hemos observado en la inflación y, en última instancia, requerir una política aún más restrictiva para que la inflación vuelva al 2%". Mientras que hacerlo tarde o poco "podría debilitar indebidamente la actividad económica y el empleo".

Por ello, el mercado descuenta junio como el mes más probable para que el banco central estadounidense empiece a bajar los tipos de interés.

Y todo en medio de un contexto en el que los buenos datos económicos en EEUU están aumentando las probabilidades de un 'aterrizaje suave' de la economía.

BLOQUEO POLÍTICO

Pero no todo es color de rosa en EEUU y el país tiene un frente abierto: la amenaza de un cierre del Gobierno.

El enfrentamiento entre demócratas y republicanos ha estado a punto de provocar un cese del Ejecutivo hasta en cuatro ocasiones desde el 1 de octubre, pero se ha evitado mediante paradas legislativas que han ido ampliando la aprobación del presupuesto de manera parcial.

Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), la deuda pública sigue un camino explosivo, pasando de cerca del 100% del PIB en 2024 al 170% en 2045-2054.

"Evidentemente, lo que prevé la CBO es una situación insostenible. Cabría esperar que en algún momento los partidos gobernantes se unieran para hacer frente a la situación", señala Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM.

No obstante, un cierre del Gobierno no haría mella en la confianza de los inversores estadounidenses y tampoco debería tener un impacto material y duradero en la economía estadounidense, ya que sólo restan entre un 0,1% y un 0,2% al crecimiento del PIB por cada semana que duran.

"Sin embargo, hay que tener en cuenta que la política es importante para los mercados y las elecciones de este año influirán significativamente en la asignación de activos de los inversores durante los próximos cuatro años", comenta George Brown, economista senior de EEUU en Schroders.

Aunque la carrera está en una etapa inicial, parece que podría ser una contienda reñida, aumentando la probabilidad de una mayoría estrecha o un Congreso dividido.

"Los gobiernos divididos se ven obligados a llegar a acuerdos, lo que sirve para moderar las ideologías más extremas y ofrece un marco político más estable a los inversores", advierte el estratega.

Desde las elecciones presidenciales de 1948, la renta variable estadounidense ha registrado una rentabilidad media total del 14,3% cuando un presidente ha tenido que lidiar con un congreso dividido, frente a un incremento más modesto del 13,0% con un gobierno unificado.

"Esta divergencia es aún mayor en función del partido: los presidentes demócratas han obtenido ganancias del 18,8% con un congreso dividido, frente al 12,0% de sus homólogos republicanos", analiza Brown.

Por desgracia, Olszyna-Marzys cree que lo que parece más probable es que en algún momento de los próximos años las fuerzas del mercado obliguen al Congreso a abordar la situación y volver a situar las finanzas públicas en una senda sostenible.

"Una forma más directa de decir esto es que probablemente necesitemos ver algún tipo de crisis en el mayor mercado de bonos del mundo, y pieza central de los mercados financieros, para hacer entrar en razón a la clase dirigente estadounidense. Sin embargo, calcular el momento en que se producirá es casi imposible", concluye el analista.

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