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Está siendo un buen año para las bolsas. Son varios los índices europeos que acumulan rentabilidades que rondan el doble dígito en lo que va de año, mientras que los selectivos estadounidenses vienen de renovar máximos históricos durante la primera quincena de junio jornada tras jornada. Este impulso parece haberse estancado recientemente, pero la volatilidad sigue siendo baja, al tiempo que los inversores siguen mostrándose muy alcistas.

En estas circunstancias, explican los expertos de Morgan Stanley Research, puede ser fácil suponer que este reciente recorte "no es más que un reflejo benigno del viejo dicho 'vende en mayo y vete' ('sell in may and go away')", que sugiere un periodo de menores volúmenes de negociación y mercados sin incidentes mientras las vacaciones de verano están en pleno apogeo.

Sin embargo, el Comité de Inversión Global de Morgan Stanley no está tan seguro de que el verano de 2024 siga este patrón. "Aunque los inversores complacientes pueden esperar que los mercados sigan subiendo en los próximos meses, creemos que la incertidumbre de los inversores y la volatilidad son propensas a aumentar", apunta Lisa Shalett, directora de inversiones de la firma neoyorquina.

¿De dónde podrían venir las sorpresas veraniegas? Estos expertos recomiendan prestar atención a tres posibles fuentes de tensión en los mercados.

DATOS MACROECONÓMICOS

En primer lugar, los expertos de Morgan Stanley llaman la atención sobre los últimos datos macroeconómicos que se han conocido, sobre todo los que llegan de Estados Unidos. Y es que las últimas publicaciones de algunas cifras clave no terminan de revelar una "imagen clara" de hacia dónde se dirige la primera economía del mundo.

Por un lado, EEUU revisó a la baja el Producto Interior Bruto (PIB) del primer trimestre al 1,3%, desde el 1,6% anterior, debido, principalmente, a "una revisión a la baja del gasto de los consumidores". Por otro lado, el IPC de mayo se moderó al 3,3% en tasa general, mientras que la inflación cayó hasta el 3,4%, estando ambas magnitudes situándose por debajo del consenso.

No obstante, puede que la inflación ya no esté subiendo, pero tampoco "mejorando realmente". El índice de precios del gasto en consumo personal (PCE) se mantuvo en abril en el 2,7% en tasa interanual, mientras que la tasa subyacente continuó en el 2,8%. "Con unas perspectivas tan turbias, cada nuevo dato adquiere una importancia añadida para los mercados. Esto introduce el riesgo de volatilidad si una lectura no se ajusta a las expectativas de los inversores", explican desde la firma estadounidense.

¿QUÉ HARÁ LA FED?

Como viene repitiendo en las últimas reuniones, la Reserva Federal (Fed) viene avisando que tendrá en cuenta los datos que vayan conociéndose para decidir cuáles serán sus próximos movimientos de política monetaria. No obstante, tras su última reunión, las expectativas de recortes de tipos de interés se han reducido significativamente.

Y es que el banco central estadounidense redujo en junio su proyección de recortes de tipos desde tres a solo uno tras los últimos datos conocidos. "Tuvimos muy buenos datos de inflación en la segunda mitad del año pasado y una especie de pausa en el primer trimestre, lo que sacamos de eso es que probablemente va a llevar más tiempo ganar la confianza que necesitamos para comenzar a flexibilizar la política. Los recortes de tipos que pudieron suceder este año pueden llegar el que viene", señaló el presidente Jerome Powell al término de dicho cónclave.

En este sentido, los expertos de Morgan Stanley destacan que el dinero "sigue siendo abundante" en el sistema financiero estadounidense, a pesar de los "agresivos" esfuerzos de endurecimiento monetario de la Fed desde marzo de 2022. "De hecho, la persistencia de unas condiciones financieras tan fáciles frente a estos esfuerzos ha planteado cuestiones más amplias sobre la eficacia del marco político de la Fed para controlar la inflación", apuntan. Por ello, agregan, no sería conveniente descartar un posible endurecimiento de las condiciones financieras.

"El exceso de reservas en el sistema bancario, así como la ampliación de la facilidad de préstamo ‘reverse repo’ a un día de la Reserva Federal, han contribuido a mantener el flujo de efectivo. Sin embargo, a medida que los saldos disminuyan a sus niveles más bajos en años, las condiciones financieras podrían finalmente endurecerse este verano, lo que probablemente estimularía la volatilidad del mercado", agregan.

Cabe señalar que Neel Kashkari, presidente de la Fed de Minneapolis y uno de los miembros más duros del banco central, subrayó esta semana que la inflación podría tardar "uno o dos años" en volver al objetivo del 2% y que es razonable pensar que la Fed no ejecute el primer recorte de tipos de interés hasta diciembre. Por su parte, el antiguo presidente de la Fed de Saint Louis, James Bullard, un histórico 'halcón', ha indicado que los últimos datos de inflación vuelven a poner sobre la mesa la opción de recortar tipos en septiembre. "Si quieren una política agresiva, pueden mantener los tipos donde están. Pueden retrasar la relajación", ha afirmado Bullard.

RESULTADO ELECTORAL

Por otro lado, las elecciones presidenciales de noviembre también serán claves en lo que pueda pasar en los mercados en los próximos meses, especialmente durante el verano. La carrera por la Casa Blanca está bastante igualada y la eventual victoria de los demócratas del actual presidente Joe Biden o de los republicanos que lidera el expresidente Donald Trump parece que se decidirá por unos pocos votos.

¿Están preocupados los inversores? Aunque las lecturas actuales del índice de volatilidad CBOE (VIX), el "medidor del miedo" del mercado bursátil, indican un nivel bajo de ansiedad, el mercado de futuros del VIX prevé un aumento de la volatilidad desde agosto hasta el próximo mes de febrero.

"No solo las encuestas son estrechas, sino que ambos candidatos contemplan políticas que tienen implicaciones significativas –y, en algunos casos, opuestas-- para el gasto fiscal, el crecimiento económico y la inmigración. Estos factores, a su vez, podrían afectar a la desinflación salarial, los aranceles, los esfuerzos de descarbonización y las necesidades energéticas, y lo que es más importante, a la deuda y el déficit de Estados Unidos", apunta Shalett.

MOVIMIENTOS DE CARTERA

En este contexto, Morgan Stanley sugiere que los inversores "deberían anticiparse a los baches futuros" y prepararse con una cartera bien diversificada.

"Los inversores podrían equilibrar los sesgos de la cartera con una selección activa de valores, centrándose en la calidad de los flujos de caja y la viabilidad de los beneficios. Considere la posibilidad de añadir un 'seguro' barato en forma de opciones de compra sobre el VIX, que pueden beneficiar a los inversores si la volatilidad de la renta variable aumenta, u opciones de venta sobre el S&P 500, que pueden ayudar a cubrir una cartera si el índice bursátil cae bruscamente", apuntan.

Por otro lado, la firma neoyorquina cree que puede resultar "útil" apostar por activos reales, inversiones internacionales y añadir exposición al crédito con grado de inversión.

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