El mercado alcista más largo de la historia puede llegar a su fin en 2020. Al menos, según el legendario inversor Stanley Druckenmiller. Una de las grandes personalidades de Wall Street destaca tres factores que "pueden llegar a desatar un mercado bajista" el próximo año.
El primer factor es de naturaleza política: "Un cambio de liderazgo en la Casa Blanca que abra la puerta a los anticapitalistas sería, sin duda, uno de los gatillos que pueden dar pie a un mercado bajista".
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El famoso hedge fund de Stanley Druckenmiller desvela una apuesta millonaria por el oroDruckenmiller se refiere así a la posible llegada al poder de demócratas con una ideología de izquierdas más extremista, como el caso de Elizabeth Warren, la candidata que propone, entre otras cosas, poner en jaque al mundo del dinero con medidas como poner un impuesto a los ultra millonarios.
"Otro factor a tener en cuenta es, claro está, que empecemos a tener la suficiente inflación como para que la Fed empiece a estrechar su política", asevera Druckenmiller. ¿Y el tercer tema a seguir en 2020? El inversor señala a la burbuja de renta fija y es que "si miramos el mercado del crédito vemos un montón de manzanas podridas que no están siendo expuestas porque los intereses están muy bajos".
SU HISTORIAL INVERSOR LE RESPALDA
¿Hay que creer a Druckenmiller? En 2010 el Wall Street Journal le describió como "uno de los gestores de fondos más exitosos de la industria". Eso si, ese mismo año acabaría echando el cierre temporalmente a Duquesne Capital Management ante los malos retornos que daba a sus clientes. Actualmente, gestiona entre 5.000 y 8.000 millones de dólares en activos.
Posteriormente, siguió vinculado al mundo de la inversión. En 2016 copó los titulares tras abandonar el oro y comprar activos considerados más arriesgados tras la victoria de Donald Trump frente a Hillary Clinton en las elecciones generales estadounidenses.
De cara a 2020, las apuestas de Druckenmiller pasan por ponerse largo en el Tesoro, el cobre y la renta variable nipona y estadounidense. A su vez, se pone corto en el yen japonés y ve con buenos ojos al dólar australiano, el canadiense y a la libra ("el Brexit acabará siendo positivo para la economía británica").